Efectos de las emociones en la salud y el envejecimiento de la piel
Nuestra piel es extraordinaria. No sólo es el órgano más grande de nuestro cuerpo -que representa el 16% de nuestro peso corporal total y tiene un tamaño de unos 2 m2- sino también uno de los primeros en formarse. Entre su impresionante lista de funciones está la de protegernos del mundo que nos rodea, ayudar a controlar la temperatura corporal y contribuir a mantener el equilibrio hídrico del cuerpo. En resumen, tiene muchas funciones que son vitales para mantener un cuerpo sano.
Las emociones negativas pueden afectar al sistema inmunitario y provocar cambios en la respuesta a través de las citoquinas inflamatorias. Esto, a su vez, afecta al mecanismo de las enfermedades inflamatorias de la piel, a menudo agravándolas.
La piel tiene muchos miles de órganos sensoriales que proporcionan información sobre el mundo que nos rodea, y está estrechamente relacionada con nuestro sentido del tacto. El tacto es una parte importante de la comunicación, del sentimiento de conexión con los demás y de la estabilidad emocional. Este sentido del tacto es importante desde el momento en que nacemos y lo seguirá siendo durante toda nuestra vida. A menudo, un simple contacto con otro ser humano nos hace sentir mejor cuando estamos heridos física o emocionalmente.
Problemas de piel y emociones
No es ningún secreto que nuestra salud física y mental van de la mano. Por ello, no debería sorprender que el cuidado de la piel y la salud mental estén también increíblemente entrelazados. Al igual que tus emociones afectan al aspecto de tu piel, el cuidado de la misma puede beneficiar a tus emociones.
Probablemente ya te hayas dado cuenta de que los sentimientos de estrés, ira o tristeza pueden causar estragos en tu piel. Nuestras emociones se reflejan en nuestra piel en forma de acné, urticaria e incluso sequedad. Y aunque nunca habrá una manera de dejar de sentir estas cosas, hay formas de afrontarlas.
Una de las cosas más importantes que debes recordar cuando te sientas estresado, triste, ansioso, etc., es permitirte sentirte así. Si intentamos ignorar nuestras emociones, podemos estresarnos más. En su lugar, intenta poner en marcha un sistema que te ayude a lidiar con estos sentimientos y a volver a sentirte mejor.
Ponte un horario, en general. Algo que realmente ayuda a combatir el estrés es la constancia. Intenta acostarte a la misma hora cada noche. Haz que tu prioridad sea cumplir con tu rutina en la medida de lo posible.
El intestino La piel y las emociones, ¿cómo se relacionan? Pia
Que levante la mano quien piense en la película Inside Out cada vez que se inicie una conversación a fondo sobre las emociones. ¡Es una película tan brillante que mostró cómo varias emociones están constantemente trabajando dentro de nuestro cuerpo a diario y cómo una sobredosis de una puede ser una carga! Pero, ¿sabías que las emociones también afectan a nuestra piel? Sí, cualquier emoción superada puede tener un efecto directo en tu piel. Aquí tienes algunas de las emociones que afectan a nuestra piel a lo grande y cómo solucionarlas de inmediato. (Consejo profesional: opta por la felicidad y el positivismo siempre que puedas).
Todos nos enfadamos de vez en cuando. Ya sea en casa, en la oficina o de viaje, inevitablemente entramos en contacto con cosas que nos agravan. Pero si mantienes la calma ante ese enfado, evitarás los peores efectos de la ira en tu piel. Al principio, al fruncir el ceño se tensan los músculos de la cara. Esto puede dar lugar a líneas y arrugas notables con el tiempo. Y otro efecto extraño es que también ralentiza la capacidad de curación de tu piel. Cuando te enfadas, tu cuerpo produce una hormona llamada cortisol. Esto limita la producción de colágeno. Un elemento importante para la curación de la piel. Cuanto más tiempo estés enfadado o enfadada, más lenta será la cicatrización de los cortes y los moratones. Suena muy pesado que me enfade por el hecho de enfadarme *ugh*.
Cómo pueden afectar tus emociones a la piel sensible
Como adictos al cuidado de la piel, estamos condenados a descubrir cómo todo lo que hay en el mundo afecta a nuestra piel, desde los alimentos que comemos y nuestro entorno hasta nuestras rutinas diarias de productos. Pero rara vez nos detenemos a pensar en lo que ocurre dentro de nuestro cuerpo.
Personalmente, a veces tengo la sensación de que, por muchos sueros que me ponga en la cara, mi piel nunca tiene mejor aspecto que después de una intensa descarga de adrenalina. Recibo una noticia emocionante y, bam, un brillo saludable inunda mis mejillas, casi como si acabara de recibir un tratamiento facial de dos horas. Es injusto gastar todo este dinero en productos para el cuidado de la piel cuando la más simple curva emocional tiene tal impacto en nuestro cutis.
Esto me hizo sentir curiosidad: ¿Cómo afectan nuestras emociones a nuestra piel, tanto a corto como a largo plazo? ¿La clave de una piel perfecta reside en nuestra salud emocional y psicológica? Para averiguarlo, hablé con tres grandes expertos médicos: El Dr. Neal Schultz, dermatólogo y fundador de BeautyRx; la Dra. Jennifer Linder, dermatóloga y directora científica de PCA Skin; y el Dr. S. Manjula Jegasothy, dermatólogo y fundador del Miami Skin Institute.