Validación emocional propia
La validación es una habilidad de comunicación que puede ayudar a ambas partes de una conversación a sentirse escuchadas y comprendidas. La validación demuestra que estás escuchando de verdad para entender los sentimientos y el punto de vista de la otra persona, aunque no estés de acuerdo. Tus relaciones se beneficiarán cuando comuniques que estás validando el punto de vista de la otra persona.
La validación es una respuesta que demuestra que aceptas y respetas los sentimientos y el punto de vista de la otra persona, aunque no estés de acuerdo con ella. Significa responder de una manera que muestra a la otra persona que crees que su experiencia o declaración es válida, y que no pretendes cambiar su punto de vista ni corregirla por estar “equivocada”. Pero la validación va más allá de simplemente escuchar. Se trata de demostrar que realmente escuchas a alguien y que entiendes por qué se siente así.
La validación es especialmente importante en situaciones de gran carga emocional. Puede ser muy difícil escuchar y responder a alguien de forma comprensiva cuando estás disgustado o tu experiencia difiere de la suya. Una respuesta empática y sin juicios de valor puede reducir la frecuencia y la gravedad de los conflictos cuando afloran, lo que puede ayudarte a mejorar tus relaciones. Las personas que utilizan la validación en sus relaciones se sienten más apoyadas, más satisfechas y menos estresadas. En cambio, las respuestas despectivas, defensivas o de rechazo tienden a intensificar las discusiones y a provocar malentendidos, y pueden hacer que tú o la otra persona os sintáis poco importantes, enfadados o ignorados.
Validar los sentimientos y normalizar las reacciones
El Oxford English Dictionary tiene una bonita descripción de la validación como “reconocimiento o afirmación de que una persona o sus sentimientos u opiniones valen la pena”. Por ejemplo, cuando alguien nos cuenta una larga historia, podemos asentir con la cabeza o decir mm a lo largo de la misma. Si lo pensamos bien, lo hacemos para demostrar a la persona que la estamos escuchando y que lo que dice vale la pena, y también para enviarle el mensaje de que vale la pena escucharla. Es una forma de validación. Queremos tomar esa idea y “aumentarla” para las personas que viven con demencia.
Una de las piedras angulares de la atención centrada en la persona es ver el mundo desde la perspectiva de la persona con demencia. Podemos reconocer y afirmar sus sentimientos y su experiencia subjetiva. Esto puede ayudarnos a entender por qué la persona está respondiendo a la situación de la forma en que lo hace, y lo que se está comunicando (Brooker, 2004).
Nos tomamos el tiempo necesario para explicarle a la Sra. Abbott lo que iba a suceder antes de empezar a moverla, y le fuimos dando información paso a paso sobre lo que íbamos a hacer durante todo el proceso. Nos pusimos de pie para que ella pudiera ver que siempre estaba bien apoyada físicamente, y nos aseguramos de evitar cualquier espacio abierto grande entre ella y el suelo.
Cómo validar los sentimientos de alguien en una relación
“En la vida moderna, se nos anima a escuchar a nuestro corazón, a nuestras voces interiores y a nuestras tripas, pero rara vez se nos anima a escuchar con atención e intención a otras personas.” – Kate Murphy
Validar la ira es útil, pero validar el dolor subyacente puede cambiar las emociones de la otra persona y permitirle prestar atención a los matices de todas las diferentes emociones que está experimentando.
Por lo general, podemos ponernos en el lugar de la otra persona e imaginar qué pensamientos están pasando por su cabeza o qué sentimientos tiene. Entonces podemos articularlos y comprobar que estamos entendiendo las cosas correctamente.
Aunque esto no tiene nada de malo en sí mismo, cuando se trata de validación emocional, la auto-revelación implica cosas como reírse cuando una persona cuenta una historia divertida o llorar cuando una persona cuenta una historia emocionalmente desgarradora.
Repetir simplemente los hechos de la situación, como decir: “Así que usaste una maquinilla de afeitar de emergencia que guardabas en la guantera”, sin tratar de darle importancia, es también una forma de validación conductual.
Tipos de psicología de la validación
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La validación emocional es el proceso de aprendizaje, comprensión y aceptación de la experiencia emocional de otra persona. La validación emocional se distingue de la invalidación emocional, cuando las experiencias emocionales de una persona son rechazadas, ignoradas o juzgadas.
Validar una emoción no significa que estés de acuerdo con la otra persona o que creas que su respuesta emocional está justificada. Más bien, demuestras que comprendes lo que siente sin tratar de disuadirla o avergonzarla por ello.
Una persona validada emocionalmente siente que los demás no sólo ven y escuchan sus emociones, sino que también aceptan la existencia de esos sentimientos. Una persona que siente que sus emociones no son “incorrectas” o inapropiadas es más propensa a tener un sólido sentido de identidad y valía y puede gestionar las emociones de forma más eficaz. Además, la validación emocional ayuda a abrir la puerta a la autocompasión: Sentir que nuestras emociones son válidas nos ayuda a evitar la vergüenza y la autoculpabilización, por lo que podemos responder a ellas con confianza.