Sinónimo de emoción de asco
El asco es una de nuestras emociones básicas. Sentimos asco todos los días en respuesta a una gran variedad de objetos y situaciones. Oler leche agria, pisar excrementos de perro o ver una venda usada provocan sentimientos de asco. Sin embargo, también podemos sentir asco cuando nos enteramos de las incorrecciones sexuales de famosos y políticos, cuando somos testigos de un racismo flagrante y cuando nos enfrentamos a la creciente desigualdad de la riqueza. En este artículo, hablaremos de las diferentes formas en que el sentimiento de asco puede afectar a tu vida y a tu bienestar.
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El asco ha sido identificado como una de las emociones universales compartidas por todas las personas (Rozin & Fallon, 1987). Se caracteriza por ser un sentimiento de repulsión, de querer alejarse del objeto ofensivo. De todas las emociones básicas, el asco es quizá la más física, a menudo acompañada de una sensación de náuseas.El asco suele entenderse como un instinto de protección. Los sentimientos de asco evitan que comamos alimentos en mal estado y garantizan que nos mantengamos alejados de los excrementos y otras fuentes potenciales de enfermedades e infecciones.Diferentes significados del ascoPero no sólo sentimos asco en respuesta a objetos físicos con el potencial de hacernos enfermar. A menudo nos referimos a comportamientos y acciones que nos desagradan profundamente como repugnantes. Una búsqueda en Internet de los titulares de noticias recientes en los que aparece la palabra repugnante reveló que el racismo, la brutalidad policial, las maniobras políticas, los medios de comunicación contrarios y el estigma sobre la salud mental, entre otras cosas, fueron calificados como repugnantes. ¿Suscitan todas estas acciones e ideas la misma sensación visceral que se tiene cuando se huele el vómito? El asco que se siente en respuesta a las transgresiones morales puede haber evolucionado a partir del asco más básico que se siente en respuesta a los objetos físicamente ofensivos. Paul Rozin, investigador pionero en la psicología del asco, lo explica así: El asco ha pasado de proteger el cuerpo a proteger el alma y el orden social.
Atlas de las emociones
El asco es una emoción defensiva natural que ha evolucionado para protegerse de posibles fuentes de contaminación y que recientemente se ha relacionado con juicios morales en muchos estudios. Sin embargo, el hecho de que las personas informen a menudo de sentimientos de asco cuando piensan en heces o en transgresiones morales no significa necesariamente que sean los mismos mecanismos los que median estas reacciones. El presente estudio utilizó imágenes de resonancia magnética funcional (n = 22) para investigar si el asco central y el asco moral arrastran sistemas neuronales comunes. Aportamos pruebas de que: (i) la activación de las regiones cerebrales superpuestas entre el asco central y el asco moral es el resultado de la superposición del contenido de las viñetas -elicitadores del asco central- en todas las condiciones, y no de las violaciones morales per se, y (ii) el residuo moral (es decir, la activación restante o “residual” después de tener en cuenta la influencia de los elicitadores del asco central) produjo un patrón de activación que es más consistente con la ira moral, que con el “asco residual”. Estos resultados son contrarios a la premisa de que nuestro “centro moral” está conectado a la zona del cerebro en la que se localiza la repugnancia física.
Qué es la sensibilidad al asco
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Hay muchos tipos diferentes de emociones que influyen en nuestra forma de vivir e interactuar con los demás. A veces, puede parecer que estamos gobernados por estas emociones. Las decisiones que tomamos, las acciones que realizamos y las percepciones que tenemos están influenciadas por las emociones que experimentamos en cada momento.
En los años 70, el psicólogo Paul Eckman identificó seis emociones básicas que, según él, se experimentan de forma universal en todas las culturas humanas. Las emociones que identificó fueron la felicidad, la tristeza, el asco, el miedo, la sorpresa y la ira. Más tarde amplió su lista de emociones básicas para incluir cosas como el orgullo, la vergüenza, el bochorno y la excitación.
El psicólogo Robert Plutchik propuso una “rueda de emociones” que funcionaba de forma parecida a la rueda de colores. Las emociones pueden combinarse para formar diferentes sentimientos, al igual que los colores pueden mezclarse para crear otras tonalidades.
Sensación repentina de asco
Una revisión reciente sobre el mimetismo facial concluye que el mimetismo emocional es menos ubicuo de lo que se ha sugerido, y sólo se produce en interacciones que son potencialmente afiliativas (véase Hess y Fischer, en revisión). Nuestra hipótesis es que los individuos no imitan las expresiones faciales que pueden ser percibidas como ofensivas, como el asco, e imitan las manifestaciones de emociones positivas, pero sólo cuando el contexto es afiliativo (es decir, con los íntimos). En segundo lugar, esperamos que en las interacciones espontáneas no la imitación, sino los sentimientos de empatía con el otro predigan la precisión del reconocimiento de emociones. Los datos se recogieron en un entorno pseudoexperimental, durante un evento organizado para los suscriptores de una importante revista femenina holandesa. Se expuso a una mujer (expresadora) a dos estímulos emocionales (es decir, un olor desagradable y un cumplido) para evocar el asco y el orgullo, respectivamente. Otra mujer (observadora: íntima o desconocida) estaba sentada frente a ella. Se recogieron medidas de autoinforme sobre las emociones y la empatía, y se codificaron las expresiones faciales de asco y sonrisa sobre la base del FACS. Los resultados muestran que los participantes no imitan el asco. Por el contrario, las sonrisas mostradas tras el olor vil y el cumplido fueron imitadas, pero sólo entre los íntimos. También encontramos que la empatía autodeclarada y no la imitación está relacionada con el reconocimiento del asco. Estos hallazgos se discuten a la luz de una visión social contextual del mimetismo emocional.