Estado emocional
Los términos subjetivos utilizados en la neurociencia afectiva incluyen emociones, estados de ánimo, sentimientos, afectos y pulsiones. Aunque la emoción se ha estudiado durante mucho tiempo, no tiene una definición única. Una revisión de 92 definiciones putativas y nueve afirmaciones escépticas (Kleinginna y Kleinginna, 1981) sugiere una definición con un consenso bastante amplio:
Las emociones describen un complejo conjunto de interacciones entre variables subjetivas y objetivas que están mediadas por sistemas neuronales y hormonales, que pueden (a) dar lugar a experiencias afectivas de valencia emocional (placer-displacer) y excitación emocional (activación alta-baja/calma-aroma); (b) generar procesos cognitivos como afectos perceptivos emocionalmente relevantes, valoraciones, procesos de etiquetado; (c) activar cambios psicológicos y fisiológicos generalizados a las condiciones de excitación; y (d) motivar un comportamiento que a menudo, aunque no siempre, es expresivo, dirigido a objetivos y adaptativo.
Aunque esta definición puede ser adecuada para los fines cotidianos, no abarca algunos aspectos importantes de los sistemas emocionales, como la forma en que las emociones operan para crear sentimientos subjetivamente experimentados y cómo controlan las dimensiones de la personalidad. En consecuencia, Panksepp (1998) sugirió lo siguiente:
Filosofía de las emociones
La sabiduría imperante dice que los pensamientos y sentimientos negativos no tienen cabida en la oficina. Pero eso va en contra de la biología básica. Todos los seres humanos sanos tienen una corriente interna de pensamientos y sentimientos que incluyen la crítica, la duda y el miedo. David y Congleton han trabajado con líderes de diversos sectores para desarrollar una habilidad fundamental que denominan agilidad emocional, que permite a las personas abordar sus experiencias internas de forma consciente, basada en valores y productiva, en lugar de tragárselas o intentar reprimirlas. Los autores ofrecen cuatro prácticas (adaptadas de la Terapia de Aceptación y Compromiso, o ACT) diseñadas para ayudar a los lectores a hacer lo mismo:
Dieciséis mil, es el número de palabras que decimos, de media, cada día. Así que imagina cuántas palabras no pronunciadas pasan por nuestra mente. La mayoría de ellas no son hechos, sino evaluaciones y juicios entrelazados con emociones, algunas positivas y útiles (he trabajado duro y puedo superar esta presentación; vale la pena hablar de este tema; el nuevo vicepresidente parece accesible), otras negativas y menos (me ignora a propósito; voy a hacer el ridículo; soy un falso).
Por qué tenemos emociones
Las emociones son estados mentales provocados por cambios neurofisiológicos, que se asocian a pensamientos, sentimientos, respuestas conductuales y un grado de placer o desagrado[1][2][3][4][5] Actualmente no existe un consenso científico sobre su definición[6] Las emociones suelen estar relacionadas con el estado de ánimo, el temperamento, la personalidad, la disposición o la creatividad[7].
La investigación sobre las emociones ha aumentado en las dos últimas décadas, con la contribución de muchos campos, como la psicología, la medicina, la historia, la sociología de las emociones y la informática. Las numerosas teorías que intentan explicar el origen, la función y otros aspectos de las emociones han fomentado una investigación más intensa sobre este tema. Las áreas actuales de investigación del concepto de emoción incluyen el desarrollo de materiales que estimulan y provocan la emoción. Además, los escáneres PET y fMRI ayudan a estudiar los procesos de la imagen afectiva en el cerebro[8].
Desde una perspectiva mecanicista, las emociones pueden definirse como “una experiencia positiva o negativa que se asocia a un patrón particular de actividad fisiológica”. Las emociones producen diferentes cambios fisiológicos, conductuales y cognitivos. La función original de las emociones era motivar comportamientos adaptativos que en el pasado habrían contribuido a la transmisión de genes a través de la supervivencia, la reproducción y la selección de parientes[9][10].
Emociones primarias
Las emociones desempeñan un papel crucial en nuestras vidas porque tienen funciones importantes. Este módulo describe esas funciones, dividiendo la discusión en tres áreas: las funciones intrapersonales, las interpersonales y las sociales y culturales de las emociones. La sección sobre las funciones intrapersonales de la emoción describe los papeles que las emociones desempeñan dentro de cada uno de nosotros individualmente; la sección sobre las funciones interpersonales de la emoción describe los significados de las emociones para nuestras relaciones con los demás; y la sección sobre las funciones sociales y culturales de la emoción describe los papeles y significados que las emociones tienen para el mantenimiento y el funcionamiento eficaz de nuestras sociedades y culturas en general. En general, veremos que las emociones son un aspecto crucial de nuestra composición psicológica, que tiene significado y función para cada uno de nosotros individualmente, para nuestras relaciones con los demás en grupos y para nuestras sociedades en su conjunto.
Es imposible imaginar la vida sin emociones. Atesoramos nuestros sentimientos: la alegría en un partido de béisbol, el placer del contacto con un ser querido o la diversión con los amigos en una noche de fiesta. Incluso las emociones negativas son importantes, como la tristeza cuando muere un ser querido, el enfado cuando nos violan, el miedo que nos invade en una situación de miedo o desconocida, o la culpa o la vergüenza hacia los demás cuando se hacen públicos nuestros pecados. Las emociones colorean las experiencias de la vida y les dan sentido y sabor.