Tono de voz de la ira
En los lugares de trabajo y en las familias de todo el mundo, la comunicación se ha hecho en línea. Enviamos un sinfín de correos electrónicos, chateamos por vídeo en lugar de cruzar la ciudad para reunirnos. Sentarse e interactuar con alguien en persona puede parecer un lujo poco frecuente.
Pero a medida que la tecnología se extiende, ¿estamos perdiendo nuestra capacidad de conectar y empatizar con los demás y, con ello, la felicidad y el éxito que la empatía aporta? ¿Cómo puede darse la compasión si el tiempo cara a cara está desapareciendo lentamente?
La empatía es la capacidad de “resonar” con otra persona: sentir sus emociones y comprender su perspectiva. La investigación sobre la empatía ha puesto de relieve nuestra aguda capacidad de leer literalmente a los demás: Al reflejar o imitar sutilmente sus expresiones faciales, entendemos lo que están experimentando. Si vemos a alguien llorar, podemos sentir que se nos humedecen los ojos; si le vemos fruncir el ceño, hacemos lo mismo, según demuestran las investigaciones suecas. (De hecho, si te pones bótox en el entrecejo y no puedes reflejar el ceño de alguien, tu capacidad para interpretar rápidamente sus emociones puede verse afectada, según demostró un estudio).
Qué determina el tono de voz
Para demostrar que un suspiro no es sólo un suspiro, los científicos realizaron un análisis estadístico de las respuestas de los oyentes a más de 2.000 exclamaciones no verbales conocidas como “estallidos vocales” y descubrieron que transmiten al menos 24 tipos de emociones. Los estudios anteriores sobre las explosiones vocales fijaban el número de emociones reconocibles en torno a 13.
En el mapa sonoro de Cowen, se puede deslizar el cursor por la topografía emocional y pasar por encima del miedo (grito), la sorpresa (jadeo), el asombro (woah), la comprensión (ohhh), el interés (ah?) y, por último, la confusión (huh?).
En cuanto a los usos clínicos, el mapa podría guiar en teoría a los profesionales médicos e investigadores que trabajan con personas con demencia, autismo y otros trastornos del procesamiento emocional para centrarse en los déficits específicos relacionados con las emociones.
“Establece las diferentes emociones vocales que alguien con un trastorno puede tener dificultades para comprender”, explica Cowen. “Por ejemplo, se pueden tomar muestras de los sonidos para ver si el paciente reconoce las diferencias de matiz entre, por ejemplo, el asombro y la confusión”.
Cómo leer el tono de voz
Uso. Un gemido audible puede utilizarse para transmitir a los oyentes cercanos sentimientos como la decepción o la pérdida. Los gemidos están destinados a ser escuchados, y se emiten con menos frecuencia en la soledad. Por lo tanto, aunque no es una palabra lingüística, los gemidos pueden considerarse mensajes socialmente significativos sobre los sentimientos, las emociones y el estado de ánimo de quien los emite.
Gemido. 1. Gemido nasalizado, generalmente más silencioso, emitido en caso de dolor, luto o tristeza. 2. Las vocalizaciones de gemidos suaves pueden ser expresivas del placer sexual en el cortejo. 3. Los gemidos no verbales se combinan bien con las palabras, como en un tono de voz lúgubre.
Tono vocal. 1. Sonido gutural profundo, áspero y grave, generalmente prolongado, emitido por un animal (especialmente un perro) o un ser humano, que suele expresar desagrado, frustración o ira. 2. Tono de voz no verbal que puede ser fuertemente expresivo de una emoción negativa o positiva.
Anatomía. En el gruñido, la epiglotis laríngea se mueve hacia atrás para cubrir parcialmente las cuerdas vocales. La expulsión del aire de los pulmones hace que los cartílagos aritenoides vibren y produzcan un sonido vocal ondulante. Un gruñido puede ser agresivo, fuerte y “duro” o juguetón, tranquilo y “suave” (ver arriba, Uso).
Psicología de los tonos de voz
Las palabras habladas contienen naturalmente elementos lingüísticos y paralingüísticos que son importantes y se informan mutuamente para la comunicación. La información lingüística consiste en el significado literal y simbólico de la palabra, mientras que la información paralingüística consiste en la forma física y contextual de la palabra. Por ejemplo, el significado de la palabra “loco”, ya sea en el sentido de “perturbado mental”, “furioso” o “muy excitado”, puede desambiguarse a partir de la evaluación de la información paralingüística contextual, como el estado emocional actual del hablante, revelado por su tono de voz y su expresión facial. La información lingüística y paralingüística se revela en paralelo a medida que la palabra hablada se desarrolla en el tiempo. Sin embargo, no se conoce bien la dinámica neuronal de cada proceso ni la naturaleza de las interacciones neuronales entre los procesos lingüísticos y paralingüísticos en la percepción de la palabra hablada.
Es controvertido si una ventaja de procesamiento similar a la observada para las caras emocionales se extiende también a la información simbólica, como las palabras escritas. Aunque existen pruebas de un procesamiento diferencial de las palabras emocionales al principio de la cadena de procesamiento y de forma subliminal (Gaillard et al., 2006; Kissler y Herbert, 2013), sigue sin estar claro a través de qué vía o vías neuronales. En comparación con la percepción de las expresiones faciales, que se adquiere en una fase temprana del desarrollo y que quizás sea incluso innata (Johnson, 2005), la comprensión del lenguaje es una habilidad aprendida que se desarrolla más tarde. Así, se ha sugerido que la modulación descendente por parte de las redes corticales semánticas y el aprendizaje contextual desempeñan un papel importante en la mediación de la percepción de palabras emocionales priorizadas (Barrett et al., 2007).