Inteligencia emocional
Mucha gente asume que tener inteligencia emocional significa ser “agradable”. Pero esta percepción oculta algunos beneficios fundamentales del desarrollo de la IE. Por ejemplo, decir simplemente que alguien es amable puede desmentir el hecho de que sólo lo sea con algunas personas y no con otras. O bien, si se piensa que ser amable significa simplemente ser fácil de convencer, es posible que no se aproveche la capacidad del marco de la IE para enseñar la gestión productiva de los conflictos. También es posible que no considere o compruebe el lado oscuro de su propia IE: la capacidad de influir o manipular a alguien sin tener en cuenta sus intereses. Al comprender cómo funciona realmente la IE, puede mantener conversaciones potentes y productivas que aumenten su capacidad de influencia y liderazgo en todas sus relaciones.
En los 25 años transcurridos desde la publicación de mi libro Inteligencia Emocional, una de las cosas más persistentes que veo que la gente se equivoca con el concepto es que equivale a ser “agradable”. Pero no es así, y malinterpretar esto puede meter a la gente en problemas.
Por qué es importante la inteligencia emocional
Las personas con una alta Inteligencia Emocional se sienten cómodas con sus propias emociones, saben gestionarlas, son seguras, no tienen miedo y tienen confianza y gratitud. En lugar de juzgar, son empáticos con los demás. La empatía es la capacidad de imaginar cómo se sentiría alguien en una determinada situación poniéndose en el lugar de los demás. Por lo tanto, la compasión es la piedra angular de la inteligencia emocional.
Las personas con una alta Inteligencia Emocional siempre se mantienen en el lado de “dar”, mientras que las personas con una baja Inteligencia Emocional son personas que “reciben”. Las personas que reciben se preocupan por los derechos, las expectativas y las necesidades, mientras que las que dan se guían por los valores. Por lo tanto, la Inteligencia Emocional no consiste en ser amable, sino en ser “apropiado”. Las personas con una alta Inteligencia Emocional se centran en lo que deberían hacer en una situación concreta y no en cómo deberían comportarse los demás. Las personas con una alta Inteligencia Emocional se sienten cómodas con sus propias emociones, saben cómo gestionarlas, son seguras, no tienen miedo y tienen confianza y gratitud. En lugar de juzgar, son empáticos con los demás. La empatía es la capacidad de imaginar cómo se sentiría alguien en una determinada situación poniéndose en el lugar de los demás. La compasión es la piedra angular de la inteligencia emocional. La Inteligencia Emocional no se conoció en la definición de inteligencia hasta 1990, cuando los psicólogos John D. Mayer y Peter Salovey publicaron su artículo en el que definían y explicaban la inteligencia emocional. El concepto fue popularizado posteriormente por Dan Goleman en su libro de 1996 sobre el mismo tema. A continuación se describen los cuatro componentes principales de la Inteligencia Emocional para ayudarle a mejorar sus habilidades en este sentido.
Test de inteligencia emocional
La inteligencia emocional (IE) es la coyuntura en la que confluyen la cognición y la emoción, y facilita nuestra capacidad de resiliencia, motivación, empatía, razonamiento, gestión del estrés, comunicación y nuestra habilidad para leer y navegar por una plétora de situaciones y conflictos sociales. La IE es importante y, si se cultiva, ofrece la oportunidad de tener una vida más plena y feliz.
Antes de seguir leyendo, pensamos que le gustaría descargarse gratuitamente nuestros 3 Ejercicios de Inteligencia Emocional. Estos ejercicios, basados en la ciencia, no sólo mejorarán tu capacidad para entender y trabajar con tus emociones, sino que también te darán las herramientas para fomentar la inteligencia emocional de tus clientes, alumnos o empleados.
El término “inteligencia emocional”, acuñado por primera vez por los psicólogos Mayer y Salovey (1990), se refiere a la capacidad de percibir, procesar y regular la información emocional de forma precisa y eficaz, tanto en uno mismo como en los demás, y de utilizar esta información para guiar el pensamiento y las acciones propias e influir en las de los demás.
La inteligencia emocional no existe
Siempre me he preguntado si una persona nace siendo líder o se convierte en ello. La respuesta es compleja, pero resumiendo, depende sobre todo de las características que una persona ha heredado, las que ha construido con el tiempo y otras habilidades.
La inteligencia emocional es uno de los aspectos más importantes que convierten a alguien en un buen líder. Esta habilidad blanda puede ser ya parte de una persona, o puede cultivarse con esfuerzo. Este es el punto crucial que se va a analizar en este artículo.
La inteligencia emocional se ha definido como la capacidad de reconocer, comprender y gestionar las propias emociones de la persona y las emociones de los demás para poder navegar por las exigencias sociales y laborales. Esta habilidad parece trivial, pero se convierte en esencial para un verdadero líder, especialmente cuando la utiliza para gestionar sus comportamientos de la mejor manera. De hecho, es importante comprender las diferentes emociones y actuar en pos de un resultado positivo para ambas partes.
Cuando los líderes son emocionalmente inteligentes, tienen la capacidad de mantener la calma bajo una presión especial, analizar la situación y pensar antes de reaccionar. Esto hace que sea más fácil enfrentarse a cualquier reto de forma eficaz y empática, a la vez que se es consciente de forma intuitiva de otras personas y situaciones del entorno. De este modo, el líder se convierte en un ejemplo inspirador e influyente para los demás.