Lado racional y emocional del cerebro

Lado racional y emocional del cerebro

Cerebro radical

Las emociones no son sólo un asunto del corazón. Los recientes avances en la investigación han demostrado que también son resultado de la bioquímica del cerebro. Estas conclusiones proceden de la neurociencia, la evolución, la medicina, la psicología y la gestión. Las señales emocionales del cerebro se sienten en todo el cuerpo: en el intestino, en el corazón, en la cabeza, en el cuello, etc. Estas sensaciones son señales importantes: si aprendemos a leerlas, nos ayudarán a tomar decisiones e iniciar acciones.

La mayoría de los científicos creen que el centro de control de las emociones en el cerebro es el sistema límbico, formado por la amígdala, el hipocampo y otras estructuras del cerebro medio. El sistema límbico almacena todas las experiencias que tenemos desde los primeros momentos de la vida: las impresiones se almacenan en estas áreas mucho antes de que adquiramos las capacidades verbales o de pensamiento superior para ponerlas en palabras. Es este vasto almacén de sentimientos e impresiones el que proporciona un contexto o significado a esos recuerdos.

Los mensajes son transmitidos al cerebro por las neuronas, que viajan a través de un sistema de transmisión eléctrica. Sin embargo, en la década de 1970, los científicos descubrieron que nuestro cuerpo también contiene un sistema químico para transmitir mensajes. Este sistema se basa en unas sustancias químicas llamadas péptidos, que tienen receptores en todas las células de nuestro cuerpo. Se cree que estas sustancias altamente sensibles a la información son los sustratos químicos de la emoción, que desencadenan recuerdos de impresión a lo largo de nuestra vida. Nuestro cerebro está vinculado a todos los sistemas corporales, y son estos péptidos los responsables de las emociones que “sentimos” en diversas partes de nuestro cuerpo.

  Significado emocional de la conjuntivitis

Cerebro irracional

El concepto de “Inteligencia Emocional” surgió en los años 90, cuando Peter Salovey y John D Mayer empezaron a investigar para entender las medidas y el significado de la inteligencia emocional. La describieron como “una forma de inteligencia social que implica la capacidad de controlar los sentimientos y emociones propios y ajenos, de discriminar entre ellos y de utilizar esta información para guiar el pensamiento y la acción”.

Su teoría de la Inteligencia Emocional fue estudiada más a fondo por Daniel Goleman, un psicólogo formado en Harvard, y luego vino el primer libro escrito sobre la Inteligencia Emocional en 1995 por él.  Goleman sostenía que no era la inteligencia cognitiva la que garantizaba el éxito empresarial, sino la inteligencia emocional. Describió a las personas emocionalmente inteligentes como aquellas con cuatro características:

Para complementar el trabajo de Goleman, Chris Golis, utilizó las investigaciones sobre el temperamento para proporcionarnos ese modelo científico que faltaba, que se llama el modelo 7MTF (7 Motivational/temperament factors). La evaluación se basó en las últimas investigaciones y en el modelo científico de temperamento y emoción más respetado en ese momento. Proporciona la información que necesitas para aumentar tus cuatro competencias de inteligencia emocional:

Parte emocional del cerebro

Las partes primitivas y emocionales de nuestro cerebro tienen una poderosa influencia en las decisiones que tomamos. Ahora, los neurocientíficos están trazando un mapa de los sistemas de riesgo y recompensa en el cerebro que impulsan nuestra mejor y peor toma de decisiones.

  Sistema emocional del cerebro

Cuando tomamos decisiones, no siempre tenemos el control. Podemos ser demasiado impulsivos o demasiado reflexivos para nuestro propio bien; en un momento nos dejamos llevar por nuestras emociones y al siguiente nos paraliza la incertidumbre. Entonces sacamos una decisión brillante de la nada y nos preguntamos cómo lo hemos hecho. Aunque no sepamos cómo se toman las decisiones, los neurocientíficos que estudian nuestros cerebros están empezando a entenderlo. Puede que lo que descubran no sea lo que usted quiere oír, pero merece la pena que lo escuche.

Cuanto más se acercan los científicos, más claro queda que nos parecemos a los animales. Tenemos cerebros de perro, básicamente, con una corteza humana pegada encima, un barniz de civilización. Este córtex es un invento evolutivamente reciente que planifica, delibera y decide. Pero no pasa ni un segundo sin que nuestros antiguos cerebros de perro se pongan en contacto con nuestros modernos córtex para influir en sus decisiones -para bien y para mal- y sin que nos demos cuenta.

La policía cerebral emocional frente a la racional

Sí. La respuesta de Marc Ettlinger en Quora aborda aspectos de esta cuestión. Hay muchas diferencias entre los hemisferios izquierdo y derecho; algunas de las más inequívocas se dan en el ámbito del procesamiento del lenguaje. Pero el diablo está en los detalles, muchos de los cuales provienen de métodos que no siempre son fáciles de interpretar.

  Por que existen las emociones

Más o menos (pero a menudo es una fuente de confusión). La emoción y la racionalidad/cognición ya no se ven como enemigos. Más que una dicotomía, existe un espectro simbiótico de procesos emocionales y racionales.

No cabe duda de que hay diferencias en la estructura y el funcionamiento del cerebro entre los dos hemisferios. La lateralidad es el ejemplo más conocido: el lado derecho del cerebro controla el lado izquierdo del cuerpo y viceversa, y los humanos suelen ser más diestros con una mano que con la otra, por lo que decimos que un lado del cerebro es “dominante”. Pero también es cierto que el comportamiento normal requiere la cooperación entre los dos hemisferios. Los pacientes con cerebro dividido no son realmente normales.

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