¿Es el estrés una hormona?
Desde la antigüedad, los filósofos han considerado el acto de una persona de ayudar a otra como el mayor de los valores humanos. De hecho, los actos prosociales son características fundamentales de una sociedad sana y que funciona bien (Nelson et al., 2016; Van Tongeren et al., 2016). Es incuestionable que los humanos son especies prosociales dispuestas a ayudar a los demás. El comportamiento prosocial se define como la intención voluntaria de los individuos de servir a los demás con un coste temporal para uno mismo (Eisenberg y Miller, 1987). Sin embargo, estos comportamientos están influidos por factores situacionales (Berger y Rodkin, 2012), así como por la forma en que respondemos emocionalmente a ellos (Lerner y Keltner, 2000). Los individuos están constantemente expuestos a demandas internas y a fuentes ambientales de estrés, es decir, a acontecimientos que se perciben como una amenaza para el yo y el bienestar, lo que puede influir en su disposición a ayudar a los demás.
La posible relación entre el estrés y el comportamiento prosocial ha sido poco estudiada (Von Dawans et al., 2012), por ejemplo, faltan datos sobre los efectos de los diferentes tipos de estrés en la disposición a ayudar y donar. Sin embargo, esta información es especialmente importante mientras la humanidad se enfrenta a una gran emergencia sanitaria mundial.
Estrés emociones negativas
El estrés emocional implica la experiencia de un afecto negativo, como la ansiedad, en el contexto de una respuesta fisiológica al estrés que incluye cambios cardiovasculares y hormonales. El estrés emocional suele producirse cuando un individuo percibe que no dispone de los recursos personales adecuados para hacer frente a las demandas situacionales de forma eficaz (Lazarus, 1966).
Las primeras concepciones del estrés caracterizaban sus propiedades físicas, centrándose en la alteración de la homeostasis en un organismo (Selye, 1956). El concepto de estrés evolucionó posteriormente para incluir un mayor énfasis en la influencia de los factores psicológicos en el proceso de estrés. El término “estrés emocional” refleja el hecho de que el proceso de estrés en los seres humanos implica un componente afectivo sustancial.
6 emociones del estrés
El estrés psicosocial afecta a los recursos para afrontar adecuadamente las demandas del entorno. Una cuestión crucial en este contexto es hasta qué punto los estresores psicosociales agudos afectan a la empatía y a la regulación de las emociones. En el presente estudio, 120 participantes fueron asignados aleatoriamente a un grupo de control frente a un grupo que se enfrentó al Test de Estrés Social de Trier (TSST), un paradigma establecido para la inducción de estrés psicosocial agudo. La empatía por el dolor como subgrupo específico de la empatía se evaluó a través de las calificaciones de la intensidad del dolor durante una tarea de imagen del dolor. Se midieron las habilidades de regulación emocional autodeclaradas como predictores mediante un cuestionario establecido. Los individuos estresados obtuvieron puntuaciones significativamente más bajas en la valoración de las imágenes de dolor. Se optó por un modelo de regresión para encontrar variables que predijeran aún más las valoraciones del dolor. Estos resultados implican que el estrés psicosocial agudo podría perjudicar los procesos empáticos ante el dolor observado en otra persona y la capacidad de aceptar la propia emoción predice además la reacción empática. Además, la capacidad de tolerar las emociones negativas moduló la relación entre el estrés y los juicios de dolor, y por lo tanto influyó en las funciones cognitivo-afectivas básicas relevantes para hacer frente a los desafíos ambientales. En conclusión, nuestro estudio enfatiza la necesidad de reducir las emociones negativas en términos de angustia empática cuando se enfrenta al dolor de otra persona bajo estrés psicosocial, para poder conservar el comportamiento prosocial.
Todas las emociones
Este artículo ofrece una revisión de las pruebas empíricas que relacionan los procesos emocionales con la función inmunitaria en los seres humanos. Los estresores agudos han producido efectos mixtos en la inmunidad, presumiblemente a través de la activación diferencial de los sistemas fisiológicos de estrés. El estrés crónico se ha asociado a la supresión de la función inmunitaria, y hay pruebas de que el sistema inmunitario puede no adaptarse con el tiempo. Los efectos del estrés que acompaña a la alteración social y a la depresión psicológica, cuando se han demostrado, han sido sistemáticamente adversos. Ciertos estilos de personalidad pueden potenciar o degradar la respuesta inmunitaria. Se han identificado relaciones entre los factores psicosociales y la inmunidad en varias enfermedades, como el cáncer, el síndrome de inmunodeficiencia adquirida y las enfermedades autoinmunes; las intervenciones psicosociales se han probado con resultados variables. Se resumen las consideraciones teóricas y metodológicas y se sugieren direcciones para futuras investigaciones.