Ayuda para cortarse y autolesionarse
Como consejeros profesionales, entramos en este campo con el deseo de comprender y ayudar a los demás. Sin embargo, llega un momento en la carrera de todo consejero en el que la comprensión intelectual se ve superada por la necesidad de comprensión empática. Esto es particularmente cierto cuando los consejeros trabajan con clientes que se cortan, queman, arañan, golpean o se lesionan a sí mismos intencionalmente.
Jennifer Muehlenkamp y sus colegas descubrieron que esta habilidad de afrontamiento, conocida como autolesión no suicida (IS), puede ser utilizada hasta por el 18% de la población general. Además, Laurie Craigen y sus colegas descubrieron que hasta el 39% de los adolescentes pueden autolesionarse. Es importante tener en cuenta que las autolesiones son distintas de las prácticas de modificación corporal aprobadas por la sociedad (por ejemplo, piercings, tatuajes), el consumo de sustancias o las peleas físicas, que también pueden parecer intencionadamente dañinas, pero tienen propósitos diferentes.
Para aquellos que no se infligen daño físico a propósito, el concepto de IS puede ser extraño y confuso. Como consejeros, debemos saber que la IS funciona para algunas personas, la mayoría de las veces para ayudarles a gestionar emociones intensas y a menudo dolorosas. De hecho, David Klonsky, pionero en la investigación de la IS, descubrió que la regulación de las emociones es la función más común de la IS. El dolor emocional está vinculado a la excitación fisiológica (por ejemplo, el corazón palpitante, el dolor de cabeza), y la IS puede aliviar esta tensión, canalizar el dolor y llevar la excitación a un nivel soportable.
Asesoramiento a clientes que se autolesionan
La autolesión es eficaz para reducir notablemente los sentimientos intensos de ansiedad, ira, tristeza, depresión, culpa, vergüenza o incluso muerte. La regulación interna de las emociones es la razón más citada para autolesionarse (Nock y Prinstein, 2004; Klonsky, 2007).
Una proporción menor de autolesionistas cita motivaciones interpersonales, como comunicar la angustia a los compañeros o regular la distancia en las relaciones. Se ha sugerido que las motivaciones interpersonales para autolesionarse pueden incluir el deseo de comunicarse, coaccionar a otros, competir con otros autolesionistas, resolver conflictos o generar intimidad.
Inicialmente se llevará a cabo un análisis funcional con usted, esto es para establecer “¿Qué hace la auto-lesión para usted?” que puede abrir la puerta para la comunicación directa y abierta sobre las funciones del comportamiento.
La mayoría de las personas que se autolesionan descubren que hay situaciones o acontecimientos específicos que desencadenan los sentimientos que les llevan a querer hacerse daño. Estas situaciones o acontecimientos les hacen sentirse fuera de control y abrumados, y hacerse daño es la única manera que conocen de calmarse y sentir que vuelven a tener el control. Ir a un lugar seguro en el que pueda sentirse tranquilo y en control y tener sentimientos positivos sobre sí mismo le ayudará a controlar la conducta autolesiva.
Comportamiento autolesivo: Impulsos y creencias
Nancy Schimelpfening, MS es la administradora del grupo de apoyo a la depresión sin ánimo de lucro Depression Sanctuary. Nancy tiene toda una vida de experiencia con la depresión, experimentando de primera mano lo devastadora que puede ser esta enfermedad.
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La autolesión implica un daño corporal autoinfligido, no suicida, que es lo suficientemente grave como para causar daños en los tejidos o dejar marcas que duran varias horas. El corte es la forma más común de autolesión, pero también son frecuentes las quemaduras, los golpes en la cabeza y los arañazos. Otras formas de autolesión son morder, arrancar la piel, tirar del pelo, golpear el cuerpo con objetos o golpear objetos con el cuerpo.
Las personas que se autolesionan se vuelven muy expertas en ocultar las cicatrices o en darles una explicación. Hay que buscar signos como la preferencia por llevar ropa que oculte las cicatrices en todo momento (por ejemplo, mangas largas cuando hace calor), la evitación de situaciones en las que podría esperarse una ropa más reveladora (por ejemplo, la negativa inexplicable a ir a una fiesta), o las quejas inusualmente frecuentes de lesiones accidentales (por ejemplo, la dueña de un gato que tiene frecuentemente arañazos en los brazos).
Tratamiento de las autolesiones (centrado en el tratamiento REBT)
La mayoría de las personas que se autolesionan no intentan suicidarse. Las autolesiones también se denominan autolesiones no suicidas (NSSI). Sin embargo, las autolesiones pueden causar más daño a la salud y la seguridad de una persona de lo que ésta pretendía y también pueden provocar un suicidio accidental. Algunas personas que se autolesionan pueden hacerlo sólo una vez, mientras que otras se autolesionan con frecuencia y durante muchos años.
Algunas personas son más propensas a autolesionarse que otras. La probabilidad de que alguien se autolesione puede aumentar si ha sufrido o está sufriendo abusos físicos, emocionales o sexuales, o si vive con una enfermedad mental. También es posible que alguien se autolesione por la muerte de un ser querido, porque experimenta dolor, como el acoso escolar, o una pérdida, como un aborto, o porque experimenta una tristeza o una ira extremas.
Algunas personas están motivadas para autolesionarse en un intento de mostrar a los demás que están luchando. Algunas personas también se autolesionan para intentar hacer frente a sentimientos y pensamientos perturbadores. Pueden autolesionarse porque experimentan soledad o para intentar aliviar los sentimientos de culpa o vergüenza. Sin embargo, la sensación de alivio después de autolesionarse es sólo a corto plazo, y puede dar lugar a un deseo de autolesionarse de nuevo.
