Complicaciones de la terapia intravenosa

Complicaciones de la terapia intravenosa

Complicaciones del tratamiento intravenoso

En este artículo de revisión se destacan las complicaciones locales y sistémicas de la terapia intravenosa y se discuten sus medidas preventivas. La terapia intravenosa expone al paciente a numerosos peligros y muchos de ellos son evitables, si el personal sanitario comprende los riesgos que conlleva y actúa de forma adecuada y oportuna para prevenir su aparición. Las complicaciones locales, como la tromboflebitis y la infiltración, son más frecuentes que las sistémicas, como la septicemia, la embolia aérea y la sobrecarga circulatoria. La enfermera desempeña un papel fundamental en la consecución de una fluidoterapia segura y eficaz. En este sentido, la enfermera debe visitar al paciente con frecuencia, comprobando el flujo, la cantidad de solución restante y el lugar de la infusión para detectar signos de infiltración. Los fallos en las técnicas de asepsia, la manipulación defectuosa de los envases de líquidos parenterales y el hecho de no desechar las soluciones intravenosas y los tubos caducados contribuyen a la aparición de la sepsis intravenosa. Una técnica inadecuada y la falta de conocimientos farmacéuticos a la hora de añadir fármacos a los fluidos intravenosos contribuyen a que se produzcan incompatibilidades que aumentan sustancialmente las partículas en las infusiones, así como el riesgo de contaminación. Palabras clave: Terapia intravenosa, infusiones, riesgos, complicaciones.Nigerian Hospital Practice Vol. 2 (2) 2008: pp. 27-32

Complicaciones de la terapia iv embolia aérea

Las vías intravenosas periféricas son una forma habitual de administrar líquidos y medicamentos por vía intravenosa. Estas vías se insertan normalmente en la mano o el antebrazo. En los niños pequeños también pueden verse en el pie o en el cuero cabelludo. Cuando se reciben líquidos o medicamentos por vía intravenosa (IV) a través de una IV periférica, es importante estar atento a complicaciones comunes como la infiltración o la extravasación de la IV.

  Trastorno límite de la personalidad terapia dialéctica conductual

La infiltración intravenosa es una complicación común del tratamiento intravenoso. Según los informes médicos actuales, alrededor del 50% de las vías intravenosas fallan, y más del 20% de esos fallos se deben a la infiltración o la extravasación.1

Según la Sociedad de Enfermeras de Infusión, el primer paso para reducir el riesgo de extravasación es identificar y reconocer los medicamentos y las soluciones que se asocian con el daño tisular cuando la solución se escapa de la vía vascular.

Vesicantes bien reconocidos con múltiples citas e informes de daño tisular tras la extravasación Cloruro de calcio Gluconato de calcio Medios de contraste – no iónicos Concentración de dextrosa ≥ 12,5% Dobutamina Dopamina Epinefrina Norepinefrina Soluciones de nutrición parenteral que superan los 900 mOsm/L Fenilefrina Fenitoína Prometazina Bicarbonato de sodio Cloruro de sodio ≥ 3% Vasopresina

Complicaciones de la terapia intravenosa e intervenciones de enfermería

La terapia intravenosa (abreviada como terapia IV) es una técnica médica que administra líquidos, medicamentos y nutrientes directamente en la vena de una persona. La vía de administración intravenosa se utiliza habitualmente para la rehidratación o para proporcionar nutrientes a quienes no pueden, o no quieren -debido a un estado mental reducido o a otros motivos-, consumir alimentos o agua por la boca. También puede utilizarse para administrar medicamentos u otras terapias médicas, como productos sanguíneos o electrolitos para corregir desequilibrios electrolíticos. Los intentos de administrar terapia intravenosa se registran desde el año 1400, pero la práctica no se generalizó hasta el año 1900, tras el desarrollo de técnicas para su uso seguro y eficaz.

  Terapia cognitiva centrada en esquemas

La vía intravenosa es la forma más rápida de administrar medicamentos y reponer líquidos en todo el cuerpo, ya que se introducen directamente en el sistema circulatorio y, por tanto, se distribuyen rápidamente. Por este motivo, la vía de administración intravenosa también se utiliza para el consumo de algunas drogas recreativas. Muchas terapias se administran en forma de “bolo” o dosis única, pero también pueden administrarse en forma de infusión o goteo prolongado. El acto de administrar una terapia por vía intravenosa, o de colocar una vía intravenosa (“IV line”) para su uso posterior, es un procedimiento que sólo debe realizar un profesional cualificado. El acceso intravenoso más básico consiste en una aguja que atraviesa la piel y entra en una vena que se conecta a una jeringa o a un tubo externo. Esto se utiliza para administrar la terapia deseada. En los casos en los que es probable que un paciente reciba muchas intervenciones de este tipo en un periodo corto (con el consiguiente riesgo de traumatismo en la vena), la práctica normal es insertar una cánula que deja un extremo en la vena, y las terapias posteriores pueden administrarse fácilmente a través de un tubo en el otro extremo. En algunos casos, se administran múltiples medicamentos o terapias a través de la misma línea intravenosa.

Complicaciones de la terapia intravenosa y su manejo

Las complicaciones de la ganancia de I.V. pueden incluir la infiltración, el hematoma, una embolia aérea, flebitis, la administración de fármacos extravasculares y la inyección intraarterial. La inyección intraarterial es más rara, pero igual de amenazante.

  Terapia para pronunciar la r

La infiltración es la infusión de fluidos y/o medicamentos fuera del espacio intravascular, en los tejidos blandos circundantes. Generalmente se produce por una mala colocación de una aguja o angiocatéter fuera de la luz del vaso. Clínicamente, se notará una hinchazón de los tejidos blandos que rodean la vía intravenosa, y la piel se sentirá fría, firme y pálida. Pequeñas cantidades de líquido intravenoso tendrán pocas consecuencias, pero ciertos medicamentos, incluso en pequeñas cantidades, pueden ser muy tóxicos para los tejidos blandos circundantes.

Un hematoma se produce cuando hay una fuga de sangre del vaso en el tejido blando circundante. Esto puede ocurrir cuando un angiocatéter intravenoso pasa a través de más de una pared de un vaso o si no se aplica presión al sitio intravenoso cuando se retira el catéter. Un hematoma puede controlarse con presión directa y se resolverá en el transcurso de 2 semanas.

Entradas relacionadas

Esta web utiliza cookies propias para su correcto funcionamiento. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos.Más información
Privacidad