Plan de tratamiento de la depresión
Una intervención ACT no requiere, por definición, la participación de los miembros de la familia o de otros miembros del sistema de apoyo del individuo. Sin embargo, tanto la familia como los sistemas de apoyo pueden incorporarse al tratamiento cuando sea funcionalmente importante hacerlo.
Se recomienda asignar tareas personalizadas para promover la generalización de las conductas recién adquiridas por el cliente a contextos más diversos encontrados en su vida cotidiana.
Luoma, J., Hayes, S. C., & Walser, R. (2007). Aprendiendo ACT: An Acceptance & Commitment Therapy skills-training manual for therapists. New Harbinger Publications. El libro está disponible para su compra en los lugares donde se venden libros.
No existe un conjunto de requisitos específicos para la formación en ACT. En general, se recomienda que quienes deseen aprender y aplicar la ACT busquen una combinación de recursos de formación, como manuales, talleres, vídeos en línea y consultas continuas. Se puede encontrar una lista general de recursos y recomendaciones sobre la formación en http://contextualscience.org/list_of_resources_for_learning_act. Se puede encontrar un calendario de las próximas formaciones de ACT en http://contextualscience.org/events. Se puede encontrar una lista de protocolos de tratamiento en http://contextualscience.org/treatment_protocols.
Historia de la terapia de aceptación y compromiso
La Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) difiere de muchos otros tipos de terapia. Su objetivo principal no es reducir los síntomas. En cambio, los terapeutas de ACT pretenden ayudar a las personas a aceptar sus síntomas y emociones dolorosas, y a crear una vida plena a pesar de ellos.
Gran parte del trabajo se centra en el lenguaje, es decir, en cómo nos hablamos a nosotros mismos y a los demás sobre los acontecimientos que rodean nuestra enfermedad, o en las “historias” que tenemos en nuestra mente. Desglosar esto nos ayuda a reconocer cualquier patrón de pensamiento y a desarrollar una conciencia de nuestros problemas y de cómo nos afectan.
Cuando el cambio de comportamiento es posible, el terapeuta ayuda a identificar los cambios que pueden llevarnos “hacia” nuestro mejor yo, en la dirección de nuestros valores y lo que más nos importa. Cuando el cambio no es posible, el terapeuta ayuda a trabajar la aceptación y la “defusión cognitiva”. En pocas palabras, esto significa cambiar la forma en que respondemos a nuestros pensamientos y sentimientos, reduciendo nuestra tendencia a fijarnos en ellos. El terapeuta enseña formas prácticas de dejar de lado las preocupaciones inútiles o los pensamientos y sentimientos negativos, de modo que podamos centrarnos más en el momento presente.
Formación en terapia de aceptación y compromiso
La terapia de aceptación y compromiso (ACT, pronunciada típicamente como la palabra “act”) es una forma de psicoterapia, así como una rama del análisis clínico de la conducta[1] Es una intervención psicológica con base empírica que utiliza estrategias de aceptación y atención plena[2] junto con estrategias de compromiso y cambio de conducta para aumentar la flexibilidad psicológica.
Este enfoque se denominó originalmente distanciamiento comprensivo[3]. Steven C. Hayes desarrolló el tratamiento a partir de 1982 con el fin de crear un enfoque que integrara características clave de la terapia cognitiva y del análisis de la conducta, especialmente los datos del análisis de la conducta sobre los efectos a menudo negativos de las normas verbales y cómo podrían mejorarse[4].
Hay una variedad de protocolos para el ACT, dependiendo de la conducta objetivo y del entorno. Por ejemplo, en las áreas de salud conductual, una versión breve de la ACT se denomina terapia de aceptación y compromiso enfocada (FACT)[5].
El objetivo de la TCA no es eliminar los sentimientos difíciles, sino estar presente con lo que la vida nos trae y “avanzar hacia un comportamiento valioso”[6]: 240 La terapia de aceptación y compromiso invita a las personas a abrirse a los sentimientos desagradables, a aprender a no reaccionar de forma exagerada ante ellos y a no evitar las situaciones en las que se invocan.
Artículos de terapia de aceptación y compromiso
Si alguna vez has intentado conciliar el sueño y te has quedado despierto con pensamientos preocupantes que te atormentan en un bucle interminable, sabes lo frustrante que puede ser sentirte impotente ante tu propia mente. ¿Qué pasaría si, en lugar de obsesionarte con lo que pasó en el pasado o de estresarte por lo que podría pasar en el futuro, aceptaras esos pensamientos como simples pensamientos y te centraras en el momento presente?
Esta es la idea en la que se basa la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), una forma de psicoterapia de cambio de conducta que puede ayudarle a aceptar ciertos pensamientos, emociones o sentimientos desagradables como algo aceptable en determinadas situaciones, y a seguir adelante.
Según la Association for Contextual Behavioral Science, la Terapia de Aceptación y Compromiso consiste en “adoptar el punto de vista de que intentar cambiar los pensamientos y sentimientos difíciles como medio de afrontamiento puede ser contraproducente, pero que existen alternativas nuevas y poderosas, como la aceptación, la atención plena, la defusión cognitiva, los valores y la acción comprometida”.
Como intervención psicológica, los terapeutas utilizan la Terapia de Aceptación y Compromiso para ayudar a los pacientes a reconocer que -aunque la experiencia de la tristeza, el miedo, la ansiedad o la ira es muy real y muy desafiante- estos pensamientos y sentimientos no tienen que dirigir todo el espectáculo. La terapia guía a los pacientes en el desarrollo de habilidades basadas en la aceptación, técnicas de atención plena y autocompasión para responder y superar los pensamientos y sentimientos no deseados (en lugar de ignorarlos, obsesionarse con ellos o simplemente dejarlos de lado).