Citas sobre el don de la sabiduría
El don de sabiduría es la habilidad especial que Dios da a ciertos miembros del cuerpo de Cristo para conocer la mente del Espíritu Santo de tal manera que reciban una visión de cómo el conocimiento puede aplicarse mejor a las necesidades específicas que surgen en el cuerpo de Cristo.
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El sermón del don de la sabiduría
Hoy iniciamos una serie de reflexiones sobre los dones del Espíritu Santo. El Espíritu Santo es el alma, la savia de la Iglesia y de todo cristiano: es el Amor de Dios, que hace de nuestro corazón su casa y entra en comunión con nosotros. El Espíritu Santo está siempre con nosotros, siempre en nosotros, en nuestros corazones.
El Espíritu mismo es el “don de Dios” por excelencia (cf. Jn 4,10), un regalo de Dios, y a su vez comunica diferentes dones espirituales a quienes lo acogen. La Iglesia identifica siete, número que simbólicamente habla de plenitud, de totalidad; los aprendemos cuando nos preparamos para el sacramento de la Confirmación y los invocamos en la antigua oración llamada “Secuencia del Espíritu Santo” los dones del Espíritu Santo son: sabiduría, entendimiento, consejo, fortaleza , ciencia, piedad y temor de Dios.
1 . El primer don del Espíritu Santo, según esta lista tradicional, es la sabiduría. No es una sabiduría meramente humana, no, el fruto del conocimiento y la experiencia. En la Biblia se nos dice que, en el momento de su coronación como rey de Israel, Dios le preguntó a Salomón qué don quería recibir. Salomón no pidió riquezas, éxito, fama o una vida larga y feliz, sino que pidió “un corazón comprensivo que sepa distinguir el bien del mal” ( 1 Reyes 3:9).
Ejemplos del don de sabiduría en la Biblia
En el cristianismo, la palabra de sabiduría es un don espiritual enumerado en 1 Corintios 12:8. La función que se le da a este don varía. Algunos cristianos ven en este don una función similar a la profética. Otros ven en la palabra de sabiduría una función de enseñanza. Este don está estrechamente relacionado con el don de la palabra de conocimiento.
Los comentaristas han situado a menudo este don en el contexto más amplio de la tradición bíblica de la sabiduría, especialmente las referencias a la sabiduría secreta de Dios en 1 Corintios 2:6-10 y en otras partes de la carta. La sabiduría secreta se refiere al Evangelio que Pablo predicaba. Esta sabiduría se refiere a lo que Dios había ocultado previamente y destinado a la gloria de los creyentes. Es una sabiduría que habla de las cosas que Dios ha preparado para los que le aman. Estos énfasis del contexto más amplio de la carta de Corinto podrían implicar que la palabra de sabiduría implica la comprensión del plan de salvación de Dios y la proclamación de Cristo crucificado[1][2][3].
Los comentaristas han señalado que la palabra de sabiduría tiene un carácter tanto profético como didáctico. Entre los carismáticos, el don se define a menudo como una revelación del Espíritu Santo que aplica la sabiduría bíblica a una situación específica a la que se enfrenta una comunidad cristiana[2]. Según el teólogo pentecostal Donald Gee, “uno es profundamente consciente de que se ha dicho lo supremamente correcto y se ha indicado el verdadero curso de acción. No se desea ninguna otra apelación porque el corazón descansa en una tranquila satisfacción de que la voluntad de Dios ha sido revelada”[4].
Características del don de la sabiduría
Hay tres listas de dones espirituales en las Escrituras (Romanos 12:6-8; 1 Corintios 12:4-11; y 1 Corintios 12:28), pero sólo una de ellas menciona los dones denominados palabra de sabiduría y palabra de conocimiento (1 Corintios 12:8). Hay mucha confusión en cuanto a lo que son exactamente estos dos dones. Tal vez la mejor manera de abordarlo sea describir lo que no son estos dones.
Algunos carismáticos/pentecostales ven los dones espirituales de palabra de conocimiento y palabra de sabiduría como el Espíritu Santo hablando de un creyente a otro, dando revelación con respecto a una decisión o situación. Aquellos que usan estos dones de esa manera a menudo dirán algo como: “Tengo una palabra del Señor para ti”. Al hacer esto, afirman estar hablando en nombre de Dios y afirman que sus palabras deben ser estrictamente obedecidas.
Este entendimiento de los dones de palabra de conocimiento y palabra de sabiduría se acerca peligrosamente a la negación de la doctrina de la suficiencia de las Escrituras. Si Dios continúa revelando Su voluntad y sabiduría a través de la revelación especial a los individuos, entonces ¿puede Su Palabra ser verdaderamente suficiente para hacernos “completos, completamente equipados para toda buena obra” (2 Timoteo 3:17)? ¿Nos ha dado Dios realmente todo lo que necesitamos para la vida y la piedad (2 Pedro 1:3), si necesitamos que otros individuos nos den una revelación especial de Dios? Esto no quiere decir que Dios nunca utilice a otra persona para hablarnos, pero si a menudo necesitamos mensajes directos de Dios a través de otras personas para vivir nuestras vidas, ¿es la Palabra de Dios realmente suficiente, como declara ser?
