Significado de la sabiduría oculta
Sabiduría espiritual 6 Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que son maduros, pero no la sabiduría de este siglo, ni la de los gobernantes de este siglo, que están llegando a la nada. 7 Pero hablamos la sabiduría de Dios en un misterio, la sabiduría oculta que Dios 3ordenó antes de los siglos para nuestra gloria, 8 que ninguno de los gobernantes de este tiempo conoció; porque gh de haberlo sabido, no habrían hcrucificado al Señor de la gloria.
6 Sin embargo, hablamos de un mensaje de sabiduría entre los maduros, pero no de la sabiduría de este tiempo ni de los gobernantes de este tiempo, que se están acabando. 7 No, nosotros anunciamos la sabiduría de Dios, un misterio que ha estado oculto y que Dios destinó para nuestra gloria antes de que comenzara el tiempo. 8 Ninguno de los gobernantes de este siglo lo entendió, pues si lo hubieran hecho, no habrían crucificado al Señor de la gloria.
6 Sin embargo, entre los maduros impartimos la sabiduría, aunque no es una sabiduría de este tiempo ni de los gobernantes de este tiempo, que están condenados a pasar. 7 Pero impartimos una sabiduría secreta y oculta de Dios, que Dios decretó antes de los siglos para nuestra gloria. 8 Ninguno de los gobernantes de este siglo entendió esto, porque si lo hubieran entendido, no habrían crucificado al Señor de la gloria.
El misterio de la sabiduría
Pablo describe la mera sabiduría humana, con su perspectiva limitada, como fatalmente incompleta para entender el evangelio de Jesucristo. La razón y la evidencia son importantes, pero no obligan a una persona a aceptar la verdad (Santiago 2:19; Romanos 1:18-23). La verdad del Evangelio no necesita vestirse de espectáculo para ser entendida y aceptada (1 Corintios 2:1-2).
Pablo apunta a una sabiduría superior, mejor, que sí enseña a los que son maduros, es decir, a los que están en Cristo y tienen el Espíritu de Dios con ellos. Pablo describe esta sabiduría de Dios como secreta y oculta. Dios decretó esta sabiduría antes de “las edades” -antes del comienzo del tiempo- para la gloria de los que creen en Cristo. La sabiduría de Dios es secreta y oculta en el sentido de que no se puede obtener por la mera observación del mundo. La evidencia puede apuntar hacia Dios (Salmo 19:1), pero no ayudará a aquellos que no quieren buscar a Dios (Mateo 7:7-8). La sabiduría de Dios está por encima y más allá de lo que los humanos pueden percibir en nuestro estado natural aparte de Él (Isaías 55:8-9). Dios debe revelarnos Su sabiduría o no seremos conscientes de ella.
1 corintios 2:7-10
El apóstol Pablo habló de dos tipos de sabiduría en la Biblia: la sabiduría de Dios y la sabiduría del hombre. Distinguió claramente entre ambas, diciendo que la sabiduría del hombre se basaba sólo en lo que sus sentidos podían percibir, y su ámbito de actuación era este mundo material. Por ello, la comunicación del hombre se limita al nivel que sus sentidos pueden relacionar con el mundo.
En cambio, la sabiduría de Dios trasciende el mundo material. Es la sabiduría que llama a las cosas que no existen como si lo fueran (Romanos 4:17). Es la sabiduría oculta, que Dios ordenó antes del mundo para nuestra gloria (1 Corintios 2:7). En el mundo, cuando alguien viene con cierto dolor en la cabeza, la sabiduría del hombre lo diagnostica e informa de la migraña. Sin embargo, cuando el maduro en Cristo siente el mismo dolor, en la misma parte del cuerpo, incluso con el mismo diagnóstico, no dice: “Tengo migraña”. No! Su comunicación es diferente; porque no es enseñado por la sabiduría del hombre.
En lugar de hablar basándose en la sabiduría del hombre, habla en conformidad con la Palabra de Dios y declara: “Tengo la vida de Dios en mí”. La sabiduría de Dios habla vida y salud, basada en la revelación de la Palabra de Dios. Por lo tanto, cuando un creyente dice: “Me niego a estar enfermo”, no es para que no se enferme. Más bien su confesión se hará cargo de su salud, y comenzará a disfrutar de la vida en Cristo.
La sabiduría oculta de Dios versículo bíblico
El estrés, la depresión, la frustración y la confusión suelen ser el resultado de expectativas no cumplidas. Es decir, esperamos que las cosas sean de cierta manera. Tenemos una idea de cómo creemos que deberían ir las cosas (pero ¿de dónde viene esta idea?).
Si las cosas van de forma diferente a lo que esperamos, es probable que nos sintamos frustrados, enfadados o disgustados. Cuanto mayor sea la disparidad entre lo que esperamos y lo que realmente ocurre, mayor será nuestro malestar. Esto demuestra que la dificultad no está en lo que experimentamos, sino en lo que esperamos experimentar.
El Señor Jesús es la Persona más incomprendida de todas. Millones de personas esperan algo que Él no está dispuesto a proporcionar, sin embargo, Él ofrece a cada uno de ellos algo que no esperan – o quieren. Este parece ser el camino del Señor. Una rápida lectura de los Evangelios revela lo poco que la gente le entendía. Incluso a sus propios discípulos les costaba entender a Jesús. Él habría compartido mucho más con ellos, pero no podían soportarlo (cf. Juan 16:12). Es como si anduvieran en la niebla. Jesús nunca actúa ni habla de la manera esperada. Por eso es incomprendido, y a menudo rechazado.
