Qué es la obesidad
Es posible que tenga que trabajar con un equipo de profesionales de la salud -incluyendo un dietista, un consejero conductual o un especialista en obesidad- para ayudarle a entender y hacer cambios en sus hábitos de alimentación y actividad.
El objetivo inicial del tratamiento suele ser una modesta pérdida de peso: entre el 5% y el 10% de su peso total. Esto significa que si pesa 91 kilos, sólo tendrá que perder entre 4,5 y 9 kilos para que su salud empiece a mejorar. Sin embargo, cuanto más peso pierda, mayores serán los beneficios.
Todos los programas de pérdida de peso requieren cambios en los hábitos alimentarios y un aumento de la actividad física. Los métodos de tratamiento adecuados para usted dependen de la gravedad de su obesidad, de su salud general y de su voluntad de participar en el plan de pérdida de peso.
Cambios en la dietaReducir las calorías y practicar hábitos alimentarios más saludables es vital para superar la obesidad. Aunque al principio se pierda peso rápidamente, la pérdida de peso constante a largo plazo se considera la forma más segura de perder peso y la mejor manera de mantenerlo de forma permanente.
Tratamiento médico de la obesidad
Objetivo: En esta tesis se evaluarán los efectos de la cirugía bariátrica en individuos con diabetes tipo 1 (T1D), así como los efectos de la cirugía en el riesgo de insuficiencia cardíaca (IC) y fibrilación auricular (FA) en individuos con diabetes tipo 2 (T2D). Se comparará el tratamiento médico intensivo de la obesidad con los métodos quirúrgicos más comunes y se evaluarán los factores que predicen la obesidad y los resultados del tratamiento.
Métodos: El estudio I incluyó los efectos del bypass gástrico en Y de Roux (RYGB) sobre los resultados cardiovasculares, la mortalidad, la hipo e hiperglucemia graves, el abuso de sustancias, la salud psiquiátrica, la función renal y la amputación en individuos con T1D y obesidad. En el estudio II se evaluaron los efectos de la RYGB sobre la incidencia de la IC y la FA en individuos con T2D y obesidad, así como los efectos sobre la mortalidad en individuos con IC preexistente. Se aplicaron regresiones de riesgos proporcionales de COX. Los estudios III-V incluyeron individuos del estudio BASUN que recibieron tratamiento no quirúrgico de la obesidad o tratamiento quirúrgico con RYGB o gastrectomía en manga. El estudio III incluye una descripción de la población al inicio del estudio. En el estudio IV, se utilizaron algoritmos de aprendizaje automático para clasificar las variables individuales y los dominios de las variables con respecto al valor predictivo sobre el IMC. El estudio V describe los resultados de los tres tratamientos a los dos años de seguimiento. Los resultados incluidos fueron los cambios en las medidas antropométricas y los parámetros metabólicos (analizados mediante modelos de regresión lineal) y las variables compuestas para el tratamiento exitoso y no exitoso (analizadas mediante un modelo de regresión logística). Las variables clínicas se dividieron en dominios y su impacto en la predicción del éxito del tratamiento se calculó mediante un bosque aleatorio condicional con permutación condicional.
Revisión del tratamiento de la obesidad
Los cambios terapéuticos en el estilo de vida, como la restricción calórica y el aumento de la actividad física, suelen ser insuficientes para alcanzar los objetivos de pérdida de peso, ya que muchos pacientes obesos no consiguen adelgazar o recuperan el peso perdido. Por ello, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) ha aprobado ciertos fármacos que pueden utilizarse en el tratamiento de la obesidad como complemento de la modificación del estilo de vida. Estos medicamentos incluyen el orlistat, la fentermina/topiramato, la lorcaserina, la naltrexona/bupropión y la liraglutida (12-16). A este respecto, hay que señalar que algunos fármacos anteriores para la pérdida de peso han sido retirados por motivos de seguridad (fenfluramina, fenilpropanolamina, anfetaminas y, más recientemente, rimonabant y sibutramina) (17), lo que subraya la necesidad de realizar un seguimiento estrecho de los pacientes para evaluar los efectos de los distintos agentes farmacológicos utilizados actualmente para el tratamiento de la obesidad.
Actualmente, la mayoría de las directrices recomiendan la farmacoterapia como tratamiento de segunda línea para la obesidad (después de la modificación del estilo de vida), y los dispositivos bariátricos y la cirugía como tratamientos de tercera y cuarta línea, respectivamente (18).
¿Se puede curar la obesidad?
El IMC no se utiliza para diagnosticar definitivamente la obesidad, porque las personas muy musculosas a veces tienen un IMC alto sin exceso de grasa. Pero para la mayoría de las personas, el IMC es una indicación útil para saber si tienen un peso saludable, sobrepeso u obesidad.
Una mejor medida del exceso de grasa es el perímetro de la cintura, que puede utilizarse como medida adicional en personas con sobrepeso (con un IMC de 25 a 29,9) o moderadamente obesas (con un IMC de 30 a 34,9).
La obesidad también puede afectar a su calidad de vida y provocar problemas psicológicos, como la depresión y la baja autoestima (para más información sobre los problemas de salud asociados a la obesidad, consulte más abajo).
La obesidad es un problema cada vez más común porque para muchas personas la vida moderna implica comer cantidades excesivas de alimentos baratos y ricos en calorías y pasar mucho tiempo sentados, en escritorios, sofás o coches.
También hay algunas condiciones de salud subyacentes que pueden contribuir ocasionalmente al aumento de peso, como una glándula tiroidea poco activa (hipotiroidismo), aunque este tipo de condiciones no suelen causar problemas de peso si se controlan eficazmente con medicación.