Cómo ser más consciente de sí mismo
La autoconciencia implica comprender claramente tu proceso. Tu proceso puede describirse como: tus pensamientos y creencias, la comprensión de tus motivaciones, emociones, puntos fuertes y débiles, y por qué te comportas de determinadas maneras. El autoconocimiento es la base del crecimiento personal y del éxito.
Ser consciente de uno mismo te ayuda a comprender tus emociones, pensamientos y comportamientos. Ser consciente de uno mismo te da la posibilidad de elegir y de hacer cambios (o no) en tus comportamientos y creencias. Ser consciente de tus creencias y comportamientos te ayudará a actuar de forma más coherente con lo que realmente quieres. En lugar de reaccionar ante los acontecimientos y las emociones, puedes aprender a elegir la respuesta que deseas, lo que te permitirá tener más confianza en ti mismo y ser más asertivo.
La autoconciencia consiste en ser consciente de quién eres y conocerte mejor. Al ser consciente de ti mismo, empiezas a comprender tus puntos fuertes y tus limitaciones, lo que te abre mayores oportunidades y crea relaciones más honestas y genuinas. Ser consciente de ti mismo te permite ver los efectos de tus pensamientos y emociones. También te permite hacerte más dueño de tus emociones, comportamientos y creencias y, en última instancia, realizar los cambios que deseas en tu vida.
Prueba de autoconciencia
El autoconocimiento es una parte muy importante de un consejero y se afirma que el autoconocimiento es tan importante como las microhabilidades. Por lo tanto, se puede decir que sin el autoconocimiento un asesor no podrá desempeñar un papel importante en la vida de un cliente. La autoconciencia es un concepto que ayuda al asesor a diferenciarse del cliente. Es muy necesario que el consejero sea capaz de distinguir entre los sentimientos y valores del cliente y los suyos propios. Esto sólo es posible si el asesor conoce la conciencia de sí mismo. La autoconciencia también está relacionada con la autodivulgación. Para un consejero es importante mejorar la auto-revelación
Por qué es importante la autoconciencia
Debido al trabajo de asesoramiento íntimamente privado que los consejeros y psicoterapeutas cualificados realizan con los clientes, es de vital importancia que un profesional del asesoramiento sea plenamente consciente de sí mismo. Ser capaz de auto-reflexionar permite al consejero identificar y desarrollar su conciencia personal, y permanecer emocionalmente separado de la relación que está desarrollando con un cliente.Relacionarse con los demásLos consejeros sacarán naturalmente sus propias conclusiones sobre la conciencia de sí mismos. Su trabajo con los clientes puede presentar muchos desafíos personales, pero también una oportunidad continua para evaluar las fortalezas personales, los sentimientos, los pensamientos y las limitaciones, ya que se relacionan con otras personas. Es comprensible que el asesor experimente una sensación de familiaridad personal mientras asesora a los clientes, pero debe permanecer emocionalmente distante en todo momento. Utilizando sus propias experiencias vitales, el asesor puede demostrar empatía, compasión y comprensión sin implicarse personalmente en el proceso de asesoramiento.
La autoconciencia en la terapia de grupo
Aunque no sea posible alcanzar una objetividad total sobre uno mismo (ese es un debate que ha continuado a lo largo de la historia de la filosofía), ciertamente hay grados de autoconciencia. Existe en un espectro.
Antes de continuar, pensamos que te gustaría descargar gratuitamente nuestros tres Ejercicios de Autocompasión. Estos ejercicios detallados y basados en la ciencia no sólo te ayudarán a aumentar la compasión y la bondad que te muestras a ti mismo, sino que también te darán las herramientas para ayudar a tus clientes, estudiantes o empleados a mostrar más compasión hacia ellos mismos.
La teoría de la autoconciencia se basa en la idea de que no eres tus pensamientos, sino la entidad que observa tus pensamientos; eres el pensador, separado y aparte de tus pensamientos (Duval y Wicklund, 1972).
Podemos pasar el día sin darle a nuestro ser interior ningún pensamiento adicional, simplemente pensando y sintiendo y actuando como queramos; sin embargo, también podemos centrar nuestra atención en ese ser interior, una capacidad que Duval y Wicklund (1972) denominaron “autoevaluación”.