Terapia conductual para el niño autista
(SACRAMENTO) Un nuevo programa para los cuidadores de niños con problemas de conducta puede ser más eficaz que una intervención establecida para los padres. El programa, desarrollado en el Centro de Diagnóstico y Tratamiento CAARE de la UC Davis, se llama Parent-Child Care (PC-CARE). PC-CARE mostró más mejoras en el comportamiento de los niños en comparación con la Terapia de Interacción Padre-Hijo (PCIT) y los padres lo siguieron durante más tiempo.
En un estudio de UC Davis Health publicado en Child Psychiatry and Human Development, los investigadores compararon la permanencia de los padres y la mejora de los niños en las parejas de cuidadores que participaron en el programa Parent-Child Care (PC-CARE) o en la terapia de interacción entre padres e hijos (PCIT) durante un periodo de siete semanas.
El estudio descubrió que los padres tenían 2,5 veces más probabilidades de terminar las siete semanas de intervención de PC-CARE que el mismo tiempo de PCIT. Durante el mismo período, PC-CARE también mostró mayores tasas de mejora en los resultados de los niños y los padres en comparación con PCIT.
El PCIT se desarrolló para tratar el comportamiento disruptivo en niños de 2 a 7 años. Se dirige específicamente a los niños con problemas graves de conducta y regulación emocional, incluyendo la oposición, el desafío y la agresión.
Qué hace un terapeuta conductual infantil
Cuando un niño se comporta mal en casa o en la escuela, puede ser difícil entender la raíz del problema. Si su hijo es desobediente, violento, reservado o presenta otros problemas de comportamiento, puede sentirse totalmente abrumado e inseguro como padre.
El TDAH se caracteriza por la hiperactividad y una capacidad de atención limitada. Estos síntomas pueden contribuir a problemas de comportamiento, tanto en casa como en el aula. Para ser más específicos, un niño que tiene TDAH puede:
Esto, por supuesto, puede ser preocupante, por no mencionar que causa problemas a los padres del niño, a sus profesores y a sus compañeros de clase. Afortunadamente, la terapia conductual puede ayudar. Este enfoque de asesoramiento consiste en desalentar los comportamientos negativos y reforzar los positivos. He aquí algunos elementos básicos de la terapia conductual:
Los padres o educadores suelen ver los problemas de conducta desde el punto de vista de la gestión. Los profesores tienen que gestionar un aula; los padres tienen que gestionar un hogar. Como consejeros, miramos el problema desde una perspectiva emocional y psicológica:
Terapia conductual para niños de 4 años cerca de mí
Todos sabemos que los niños sanos a veces discuten, son agresivos o se muestran enfadados o desafiantes con los adultos. También sabemos que lidiar con esos comportamientos es una parte típica de la crianza. Pero para algunas familias, cuando este tipo de comportamiento va más allá de lo típico, causa estrés, interrupciones y problemas para llevarse bien, puede convertirse en un trastorno de conducta perturbadora. Conseguir el tratamiento adecuado a tiempo es clave, y las familias necesitan ayuda para encontrar lo que funciona y lo que es adecuado para ellos.
El comportamiento disruptivo ocasional y leve forma parte del desarrollo saludable. En diferentes momentos de su desarrollo, los niños pueden actuar porque quieren dar a conocer sus deseos o porque están aprendiendo a ser más independientes. Así, un niño pequeño puede tener una rabieta o un adolescente puede ser conflictivo mientras se esfuerza por aprender nuevas habilidades.
Se puede diagnosticar un trastorno de la conducta cuando los comportamientos perturbadores son poco habituales para la edad del niño en ese momento, persisten en el tiempo o son graves. Dado que los trastornos de la conducta disruptiva implican actuar y mostrar un comportamiento no deseado hacia los demás, a menudo se denominan trastornos de exteriorización. Este tipo de comportamiento afecta negativamente al niño y a las personas que le rodean.
Terapia conductual para niños
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Todos los niños se portan mal en algún momento. Pueden interrumpir a los demás, hacer rabietas o desobedecer las normas. Pero cuando estas cuestiones se vuelven problemáticas o los problemas de comportamiento se agravan, las acciones de su hijo pueden indicar un problema más importante. Cuando esto ocurre, es importante hablar con el pediatra o con un profesional de la salud mental de tu hijo.
Reunirse con un profesional capacitado no significa que su hijo esté loco, ni que usted sea un padre incompetente. A veces, por una u otra razón, los niños necesitan un poco más de apoyo o un tipo diferente de disciplina para rendir al máximo. La intervención temprana suele ser la clave del éxito del tratamiento.
Hablar con un especialista en comportamiento infantil puede tranquilizarle, sobre todo si no hay problemas graves. Si se detectan problemas, un especialista en comportamiento infantil puede abordar el problema antes de que empeore. Entonces, usted y su hijo pueden empezar a ir en una dirección más saludable.