Terapia Ect
La terapia electroconvulsiva se utiliza desde hace más de medio siglo en muchos países y su eficacia está bien documentada. Aproximadamente ocho de cada diez personas que se someten a la TEC experimentan una mejora espectacular.
La TEC se utiliza generalmente cuando otras formas de tratamiento, como la medicación y la psicoterapia, han fracasado. Sin embargo, la TEC suele ser el primer tratamiento de elección en situaciones de riesgo vital, como un posible suicidio en el contexto de una depresión grave, debido a sus rápidos resultados. A veces, la TEC se prescribe a personas mayores que no pueden tolerar los medicamentos. Procedimiento de tratamiento electroconvulsivo La TEC se realiza bajo la supervisión de un psiquiatra consultor. Se anestesia a la persona y se le administran relajantes musculares. Los electrodos se colocan en puntos estratégicos de la cabeza de la persona. Dependiendo del problema, se estimula un lado (unilateral) o ambos lados (bilateral) del cerebro.
Una serie de impulsos eléctricos breves y de baja frecuencia provocan una convulsión. La persona está anestesiada antes de aplicar el tratamiento, y el relajante muscular reduce la intensidad de los espasmos musculares. La persona se despierta al cabo de unos minutos.
Cómo funciona la terapia electroconvulsiva
Usted y sus médicos deben estar seguros de que está plenamente informado cuando tome la decisión de someterse o no a la TEC. Su médico hablará con usted sobre esto. Esperamos que esta información pueda ayudarle a tomar esta decisión proporcionándole información sobre:
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Ect-behandeling
La terapia electroconvulsiva (TEC) es un tratamiento psiquiátrico en el que se induce eléctricamente un ataque generalizado (sin convulsiones musculares) para tratar los trastornos mentales refractarios[1]. Normalmente, se aplican de 70 a 120 voltios externamente a la cabeza del paciente, lo que da lugar a que pasen aproximadamente 800 miliamperios de corriente continua entre los electrodos, durante una duración de 100 milisegundos a 6 segundos, ya sea de sien a sien (TEC bilateral) o de delante a atrás de un lado de la cabeza (TEC unilateral). Sin embargo, sólo un 1% de la corriente eléctrica atraviesa el cráneo óseo hasta llegar al cerebro porque la impedancia del cráneo es unas 100 veces mayor que la de la piel[2].
El procedimiento de TEC fue realizado por primera vez en 1938 por el psiquiatra italiano Ugo Cerletti[3] y sustituyó rápidamente a formas menos seguras y eficaces de tratamientos biológicos que se utilizaban en aquella época. La TEC se utiliza a menudo con el consentimiento informado[4] como una intervención segura y eficaz para el trastorno depresivo mayor, la manía y la catatonia[5] Las máquinas de TEC fueron colocadas originalmente en la categoría de Clase III por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) en 1976[6] y fueron reclasificadas como dispositivos de Clase II, para el tratamiento de la catatonia, el trastorno depresivo mayor y el trastorno bipolar, en 2018[7].
Terapia electroconvulsiva ncbi
En un estudio realizado con ratones modificados genéticamente, los investigadores del Johns Hopkins han descubierto algunos detalles moleculares nuevos que parecen explicar cómo la terapia electroconvulsiva (TEC) alivia rápidamente la depresión severa en los mamíferos, presumiblemente incluyendo a las personas. Los cambios moleculares permiten una mayor comunicación entre las neuronas de una parte específica del cerebro que también se sabe que responde a los fármacos antidepresivos.
En un informe sobre su estudio, publicado en línea el 20 de octubre en Neuropsychopharmacology, los investigadores afirman que los hallazgos deberían ayudar a avanzar en el desarrollo de tratamientos que hagan lo mismo que la terapia electroconvulsiva sin los riesgos y efectos secundarios.
Nuevas células cerebrales se desarrollan en el hipocampo del cerebro después de la terapia electroconvulsiva en un ratón sano (arriba) y en un ratón que carece de la proteína Narp (abajo). Las nuevas células de los ratones sin Narp tienen menos dendritas ramificadas, necesarias para la comunicación con las células cerebrales cercanas, que las de los ratones sanos.
“La terapia electroconvulsiva es el tratamiento más eficaz disponible para la depresión grave y resistente al tratamiento, pero requiere anestesia y puede causar efectos secundarios como la pérdida de memoria”, afirma el doctor Irving Michael Reti, director del Programa de Estimulación Cerebral y profesor asociado de psiquiatría y ciencias del comportamiento en la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins. “Averiguar cómo funciona exactamente la terapia electroconvulsiva en el cerebro es clave para encontrar mejores alternativas”.