Terapia con radiación infrarroja

Terapia con radiación infrarroja

Efecto biológico de la radiación infrarroja

La radioterapia de infrarrojos es una modalidad ampliamente utilizada en fisioterapia para el tratamiento del dolor. El objetivo de este estudio era determinar la eficacia de la radioterapia de infrarrojos durante seis semanas sobre la intensidad del dolor en sujetos que padecen lumbalgia inespecífica. El estudio fue un diseño pre-test post-test de un grupo pre-experimental. Un total de quince (7 hombres y 8 mujeres) de origen africano negro con diagnóstico clínico de lumbalgia crónica inespecífica que cumplían los criterios de inclusión fueron reclutados para el estudio, y completaron las seis semanas de estudio. Los sujetos recibieron radioterapia de infrarrojos en la región lumbar en decúbito prono durante 30 minutos, tres veces a la semana, durante el periodo de tratamiento, durante seis semanas. Las puntuaciones del nivel de dolor de los sujetos antes y después del tratamiento se evaluaron utilizando la escala de dolor de calificación numérica de 10 puntos. Los datos se analizaron mediante la prueba t de muestras emparejadas. Los resultados del estudio mostraron una disminución significativa de las medias de las puntuaciones de las variables antes y después del tratamiento, con un 95% de C.I. a p < 0,05. La radioterapia de infrarrojos de seis semanas es eficaz para reducir el dolor en la lumbalgia crónica.Palabras clave: lumbalgia crónica, intensidad del dolor, radioterapia de infrarrojos

Colágeno infrarrojo

Presentes en las prácticas de rehabilitación médica, los rayos infrarrojos son generados por lámparas especiales -por lo general, lámparas de filamento de tungsteno con potencias de hasta 1.000 vatios- capaces de generar radiaciones infrarrojas en varias longitudes de onda.

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El espectro de la radiación emitida por las lámparas de tungsteno, en particular, varía entre 40.000 y 3.500 A y, por tanto, incluye los rayos infrarrojos, los visibles y, en menor medida, también los ultravioletas; sin embargo, la mayor emisión corresponde a los rayos infrarrojos con una longitud de onda de unos 10.000 A.

El calor que transmiten estos rayos es fácilmente absorbido por el cuerpo, ya que sólo penetra en la superficie de la piel y los tejidos, y provoca una vasodilatación beneficiosa, así como una estimulación a nivel nervioso y muscular.

Esto se debe a que, al dirigirse a la zona a tratar, los rayos la calientan en profundidad, lo que provoca una dilatación de los vasos sanguíneos de la zona tratada con un aumento de la circulación sanguínea local y, en consecuencia, una mayor oxigenación de los tejidos, que se regeneran.

Los rayos infrarrojos pueden utilizarse para aplicaciones generales o locales; en ambos casos se hace desvestir al paciente en la zona a tratar y se le coloca en una posición adecuada para ser alcanzado por los rayos infrarrojos (sentado o tumbado en la camilla).

Terapia de luz roja

La irradiación infrarroja filtrada por agua (wIRA) es un método terapéutico prometedor, que se utiliza especialmente como tratamiento de apoyo para el cierre de heridas y el tratamiento y la prevención de infecciones de heridas. Las elevadas propiedades de penetración del campo de calor y los efectos beneficiosos en los procesos de cicatrización de heridas predisponen a la irradiación wIRA a ser un método de tratamiento no invasivo para las infecciones bacterianas en los tejidos superficiales. Dado que la Chlamydia trachomatis sigue siendo la principal causa de ceguera infecciosa en los países del tercer mundo (OMS http://www.who.int/topics/trachoma/en/) y que la wIRA muestra efectos beneficiosos sobre las infecciones por clamidia in vitro sin inducir daños celulares en modelos oculares ex vivo y también muestra efectos beneficiosos sobre la cicatrización de heridas, esta técnica de irradiación podría representar un futuro tratamiento prometedor para los pacientes de tracoma. Para ello, es evidente que deben realizarse más estudios que investiguen tiempos de irradiación más cortos o la irradiación de Chlamydia en infecciones crónicas [la respuesta de estrés de Chlamydia (Bavoil, 2014)], así como estudios de seguridad en modelos animales.

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Lámpara de infrarrojos

Estos tipos son los generadores luminosos, que emiten luz en la gama de infrarrojos cercanos, es decir, 700-1400 nm, y los generadores no luminosos, que emiten luz en la gama de infrarrojos lejanos, es decir, 3000-0,1 mm. La luz puede llegar a casi 4 cm de profundidad bajo la piel en el IR lejano.

Antes de iniciar el procedimiento, el técnico que lo lleve a cabo deberá lavarse cuidadosamente las manos. Mantendrá expuesta la zona donde deba aplicar el calor y la radiación, pero cubrirá el resto del cuerpo del paciente para evitar cualquier exposición no deseada. Los ojos del paciente deben protegerse de cualquier radiación con gafas negras.

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La lámpara está a una distancia de 45-55 cm. El tiempo de exposición dependerá de la prescripción del médico tratante. A diferencia de la radiación ultravioleta, la radiación infrarroja no causa ningún daño o perjuicio a las células y su uso es seguro.

La luz infrarroja activa los fotorreceptores presentes en las células, que inician una serie de reacciones metabólicas resultantes de la activación. El proceso libera una molécula mensajera, el óxido nítrico, de las células. Esta molécula tiene varios efectos positivos, entre ellos:

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