Crítica a la teoría del equilibrio puntuado
El equilibrio puntuado en la teoría social es un marco conceptual para entender el proceso de cambio en los sistemas sociales complejos. El enfoque estudia la evolución de los cambios políticos,[1] incluida la evolución de los conflictos[2]. La teoría postula que la mayoría de los sistemas sociales existen en un periodo prolongado de inmovilidad, que puede ser puntuado por cambios repentinos que conducen a un cambio radical. La teoría se inspiró en gran medida en la teoría de la biología evolutiva del equilibrio puntuado desarrollada por los paleontólogos Niles Eldredge y Stephen Jay Gould.
El modelo de equilibrio puntuado del cambio político fue presentado por primera vez por Frank Baumgartner y Bryan Jones en 1993,[1] y ha recibido cada vez más atención en el institucionalismo histórico[3]. El modelo afirma que la política suele cambiar sólo de forma gradual debido a varias restricciones, a saber, la “rigidez” de las culturas institucionales, los intereses creados y la racionalidad limitada de los responsables individuales. Por lo tanto, el cambio de política se verá interrumpido por los cambios en estas condiciones, especialmente en el control del partido en el gobierno, o los cambios en la opinión pública.
Gráfico de equilibrio puntuado
La elaboración de políticas puede parecer estable durante largos periodos, para luego desestabilizarse profundamente. La mayoría de las políticas pueden permanecer igual durante largos periodos, mientras que un pequeño número cambia rápida y drásticamente. O bien, el cambio de política en un tema puede ser mínimo durante décadas, seguido de un cambio profundo que encamina la política en una dirección totalmente nueva. El objetivo de la teoría del equilibrio puntuado de Baumgartner y Jones es medir y explicar estos largos periodos de estabilidad en la formulación de políticas, y la continuidad de las mismas, interrumpidos por cortos pero intensos periodos de inestabilidad y cambio. Los conceptos clave son
Racionalidad limitada. Los responsables políticos no pueden considerar todos los problemas y sus soluciones en todo momento. Por ejemplo, los ministros del gobierno sólo pueden prestar atención a una pequeña proporción de los asuntos de los que son responsables. Ignoran la mayoría y promueven unos pocos a la cabeza de su agenda.
Atención desproporcionada. Los responsables políticos suelen ignorar los temas o prestarles una atención inusual. La falta de atención a la mayoría de los temas ayuda a explicar por qué la mayoría de las políticas no cambian. Los periodos intensos de atención a algunas cuestiones pueden impulsar nuevas formas de entender y tratar de resolver viejos problemas.
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El concepto de equilibrio puntuado fue, para algunos, una idea radicalmente nueva cuando fue propuesto por primera vez por Stephen Jay Gould y Niles Eldredge en 1972. Ahora es ampliamente reconocido como un modelo útil para un tipo de cambio evolutivo. La importancia relativa de los modelos de evolución puntuada y gradual es objeto de debate e investigación.
Charles Darwin entendía que la evolución era un proceso lento y gradual. Por gradual, Darwin no quería decir “perfectamente fluido”, sino más bien “escalonado”, en el que una especie evoluciona y acumula pequeñas variaciones durante largos periodos de tiempo hasta que nace una nueva especie. Sin embargo, no suponía que el ritmo de cambio fuera constante y reconocía que muchas especies conservaban la misma forma durante largos períodos.
Aun así, si la evolución es gradual, debería haber un registro fósil de pequeños cambios incrementales en el camino hacia una nueva especie. Pero en muchos casos, los científicos han sido incapaces de encontrar la mayoría de estas formas intermedias. El propio Darwin se estremeció ante su ausencia. Su conclusión fue que el registro fósil carecía de estos estadios de transición, porque era muy incompleto.
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En esta carta, discutimos críticamente estas diferentes medidas y proponemos el coeficiente de Gini como una medida (1) comparable pero (2) más intuitiva y (3) más precisa de las puntuaciones. El coeficiente de Gini se utiliza ampliamente al estudiar la desigualdad, ya que capta la dispersión de una distribución de frecuencias. Aplicado a la investigación de la TEP, puede indicarnos la concentración de los cambios políticos en relación con los meses, años o legislaturas del periodo de observación. En pocas palabras, indica cuántas de las respectivas unidades de tiempo “reciben” cuánto cambio. Esto se ajusta a los supuestos teóricos de las puntuaciones, en los que cabría esperar que unas pocas observaciones dieran cuenta de la mayoría de los cambios que se producen.
La curtosis (k) se define como el cuarto momento de una distribución. A diferencia de los tres primeros momentos (media, varianza y asimetría), la interpretación de k es objeto de debate. A menudo se interpreta erróneamente como el pico de una distribución. Esta interpretación ha sido común en la ciencia política y entre los estadísticos, a pesar de que las investigaciones señalaron durante mucho tiempo que la curtosis de una distribución dada y su nivel máximo no se alinean necesariamente entre sí (Kaplansky Reference Kaplansky1945). En todo caso, k puede considerarse como una medida de la inclinación de la cola de una distribución (Westfall Reference Westfall2014). Esto queda claro al observar la medida estandarizada de k para una variable aleatoria X, que se define como