Causas y tratamientos de los trastornos del equilibrio con
La capacidad de equilibrio del cuerpo es muy complicada. Los ojos, los músculos y el mecanismo giroscópico del oído interno envían información al cerebro. El cerebro interpreta esta información y le dice a su cuerpo cómo moverse para mantenerse equilibrado y erguido. Un sistema vestibular o de equilibrio saludable compensa los cambios diarios de nuestra orientación espacial.
Dado que el sistema de equilibrio tiene tantos componentes con funciones interdependientes, no es sorprendente encontrar literalmente cientos de causas diferentes de problemas de equilibrio, pero las causas pueden clasificarse en tres grupos principales:
Cualquier enfermedad que interfiera en el buen funcionamiento del sistema nervioso central puede causar también problemas de equilibrio. Algunos ejemplos son los ritmos cardíacos anormales, la insuficiencia cardíaca congestiva, la anemia, la diabetes, la deshidratación y los trastornos de la tiroides.
Además, a medida que envejecemos experimentamos una disminución general de la función vestibular. Las personas mayores también suelen experimentar una disminución general de la visión, el sentido de la posición (propiocepción), la fuerza muscular y ósea y la función cerebral. Todos estos cambios combinados suelen provocar una sensación de desequilibrio lentamente progresiva.
Equilibrio, mareos y vértigo: mantener su vida en
Las personas con una lesión cerebral traumática (LCT) suelen tener problemas de equilibrio. Aproximadamente la mitad de las personas con LCT tienen mareos y pérdida de equilibrio en algún momento de su recuperación. Cuando está mareado, puede tener vértigo (la sensación de que usted o su entorno se mueven) y sentirse inestable. También puede sentirse débil o mareado.
El equilibrio es la capacidad de mantener el cuerpo centrado sobre la base de apoyo. Cuando está de pie, su base de apoyo son los pies. Cuando está sentado, su base de apoyo son las nalgas, los muslos y los pies. Hay muchos factores que afectan a la capacidad de mantener el equilibrio. Entre estos factores se encuentran la fuerza física y la coordinación, los sentidos y la capacidad de pensar.
La mayoría de las personas pueden controlar el movimiento de su cuerpo durante un tiempo antes de perder el equilibrio y tener que cambiar de postura o dar un paso para no caerse. Cambiar de postura o dar un paso para mantener el equilibrio antes, durante o después del movimiento es un proceso complejo; la LCT puede afectar a este proceso.
Si tiene poco equilibrio después de una LCT, tiene un alto riesgo de caerse. Las caídas pueden causar otra LCT o un hueso roto. Mantener el equilibrio mientras está sentado o de pie es importante para realizar las actividades diarias. Estas actividades incluyen caminar y tareas de autocuidado como bañarse, usar el baño y vestirse. Un mal equilibrio puede impedirle practicar deportes, conducir o trabajar.
Equilibrio al caminar
Los problemas que afectan al equilibrio pueden hacer que te sientas mareado o como si la habitación diera vueltas y te fueras a caer. A veces, puede sentirse inseguro o inestable sobre sus pies, como si su cerebro y sus piernas estuvieran desconectados.
Muchos sistemas corporales, como el cerebro, los nervios, los músculos, los huesos, las articulaciones, los ojos, el oído interno y los vasos sanguíneos, deben trabajar juntos para mantener el equilibrio normal. Cuando alguno de estos sistemas no funciona bien, pueden producirse problemas de equilibrio. En ocasiones, los problemas de equilibrio se deben a problemas del sistema nervioso central, como el cerebro, la médula espinal y los nervios periféricos.
Muchas personas descartan los problemas de equilibrio como parte normal del envejecimiento. Si bien esto es cierto hasta cierto punto, es importante llamar la atención de su equipo médico sobre cualquier cambio notable en el equilibrio. Un deterioro rápido frente a una disminución gradual del equilibrio es una información importante para determinar la urgencia necesaria para ser evaluado por un proveedor de atención médica.
Si nota cambios graduales, como la necesidad de sujetarse a la barandilla de la escalera o de agarrarse al mostrador de vez en cuando, debe ponerse en contacto con su proveedor de atención primaria. Él o ella puede evaluarle en busca de signos de síntomas más preocupantes. En algunos casos, podría tratarse de algo sencillo, como la deshidratación, o de vértigo posicional paroxístico benigno, que puede tratarse con unas pocas sesiones de terapia.
Vértigo
Los trastornos del equilibrio no son habituales en niños y adolescentes, pero pueden ocurrir más de lo que creemos. Los síntomas pueden pasar desapercibidos o atribuirse a otra causa. Los niños con problemas de equilibrio pueden parecer torpes o descoordinados. Pueden tener problemas para caminar, montar en bicicleta, hacer las tareas escolares o jugar.
Algunos niños y adolescentes pueden tener sólo signos leves que apenas se notan, mientras que otros pueden tener síntomas más graves. Los niños muy pequeños pueden no ser capaces de describir cómo se sienten. Los niños mayores y los adolescentes pueden quejarse de sentirse mareados, aturdidos o desorientados.
Las personas con trastornos del equilibrio también pueden tener pérdida de audición u otros problemas auditivos. Los sonidos pueden parecer apagados, sobre todo cuando hay ruido de fondo. Los niños también pueden tener dolor de oídos, presión o “plenitud” en los oídos y acúfenos (zumbidos u otros sonidos como pitidos, zumbidos o zumbidos en los oídos).
En la escuela, los problemas de equilibrio pueden dificultar la memoria, la concentración, la atención y el seguimiento de las instrucciones. Es posible que los niños no puedan oír al profesor o concentrarse en la pizarra, la pantalla o las tareas. Los problemas de equilibrio también pueden dificultar las clases de gimnasia o los deportes.