La parte del oído responsable del equilibrio
Además de la audición, el oído interno es responsable de codificar la información sobre el equilibrio, el sentido del balance. Un mecanorreceptor similar -una célula ciliada con estereocilios- detecta la posición de la cabeza, su movimiento y si nuestro cuerpo está en movimiento. Estas células se encuentran en el vestíbulo del oído interno. La posición de la cabeza es percibida por el utrículo y el sáculo, mientras que el movimiento de la cabeza es percibido por los canales semicirculares. Las señales neuronales generadas en el ganglio vestibular se transmiten a través del nervio vestibulococlear al tronco cerebral y al cerebelo.
El utrículo y el sáculo están compuestos en gran parte por tejido de la mácula (plural = mácula). La mácula está compuesta por células ciliadas rodeadas de células de soporte. Los estereocilios de las células ciliadas se extienden en un gel viscoso llamado membrana otolítica (Figura 15.4.1). Encima de la membrana otolítica hay una capa de cristales de carbonato de calcio, llamados otolitos. Los otolitos hacen que la membrana otolítica tenga un peso superior. La membrana otolítica se mueve por separado de la mácula en respuesta a los movimientos de la cabeza. La inclinación de la cabeza hace que la membrana otolítica se deslice sobre la mácula en dirección a la gravedad. La membrana otolítica en movimiento, a su vez, dobla los esterocilios, haciendo que algunas células ciliadas se despolaricen mientras otras se hiperpolarizan. El cerebro interpreta la posición exacta de la cabeza basándose en el patrón de despolarización de las células ciliadas.
Fisiología del equilibrio pdf
El oído externo se llama pabellón auricular y está formado por un cartílago rígido cubierto por piel. El sonido entra en el pabellón auricular por el conducto auditivo externo hasta llegar al tímpano, conocido como membrana timpánica.
El sonido hace vibrar el tímpano y los huesecillos del oído medio: el martillo, el yunque y el estribo. El estribo encaja en la ventana oval y eso transmite el sonido a la cóclea en el oído interno. El espacio del oído medio contiene aire, que entra por la trompa de Eustaquio, que se abre en la parte posterior de la nariz.
El órgano auditivo se conoce como cóclea. Cuando el sonido pasa por el oído medio, los fluidos del oído interno vibran y activan las pequeñas células ciliadas de la cóclea. Las células ciliadas emiten impulsos eléctricos. Estos impulsos bajan por el nervio y son procesados por el cerebro, que es lo que percibimos como audición.
El órgano del equilibrio se conoce como laberinto y está formado por tres cámaras llenas de líquido, conocidas como canales semicirculares, que envían información sobre el equilibrio y la posición de la cabeza al cerebro, y dos órganos otolíticos, el sáculo y el utrículo, que se encargan de percibir la gravedad y el movimiento.
Cómo mantiene el oído el equilibrio
Un trastorno del equilibrio es una alteración que hace que una persona se sienta inestable, mareada o con sensación de movimiento, de giro o de flotar. Un órgano de nuestro oído interno, el laberinto, es una parte importante de nuestro sistema vestibular (de equilibrio). El laberinto interactúa con otros sistemas del cuerpo, como el visual (ojos) y el esquelético (huesos y articulaciones), para mantener la posición del cuerpo. Estos sistemas, junto con el cerebro y el sistema nervioso, pueden ser el origen de los problemas de equilibrio.
En el laberinto hay tres estructuras llamadas canales semicirculares, que nos permiten saber cuándo estamos en movimiento rotatorio (circular). Los canales semicirculares, el superior, el posterior y el horizontal, están llenos de un líquido llamado endolinfa. El movimiento del fluido nos indica si nos estamos moviendo. Los canales semicirculares y los sistemas visual y esquelético tienen funciones específicas que determinan la orientación del individuo. El vestíbulo es la región del oído interno donde convergen los canales semicirculares, cerca de la cóclea (el órgano de la audición). El sistema vestibular trabaja con el sistema visual para mantener enfocados los objetos cuando la cabeza se mueve. Los receptores articulares y musculares también son importantes para mantener el equilibrio. El cerebro recibe, interpreta y procesa la información de estos sistemas que controlan nuestro equilibrio.
Función del utrículo y del sáculo
ResumenEl oído humano es un derivado evolutivo de los canales laterales de los primeros vertebrados acuáticos, como los peces. Tanto los órganos de la audición como los del equilibrio se basan en un sistema “internalizado” de espacios con membranas que contienen fluidos, incrustados en la parte petrosa del hueso temporal. Los movimientos del fluido dentro de estos conductos debidos a las oscilaciones del aire atmosférico (audición) o a los cambios posturales (equilibrio, balance) provocan sensaciones específicas a través de la acción de receptores altamente especializados denominados células ciliadas. Las estructuras anatómicas que representan ambas modalidades sensoriales se desarrollan a partir de un primordio ectodérmico común, el platillo ótico, rodeado por el mesénquima de la cápsula ótica. El anlage ectodérmico da lugar a una vesícula (otocisto), que posteriormente se subdivide en una porción superior (laberinto, órgano del equilibrio) y otra inferior (cóclea, órgano de la audición), formando partes del oído interno. Mientras que la primera es plenamente operativa por sí sola, la segunda requiere sistemas adicionales para la transducción de energía mecánica (ondas sonoras) en señales bioeléctricas. Estos sistemas están situados en las unidades anatómicas denominadas oído externo y oído medio.Palabras claveEstas palabras clave han sido añadidas por la máquina y no por los autores. Este proceso es experimental y las palabras clave pueden actualizarse a medida que el algoritmo de aprendizaje mejore.