Conexión mental frente a conexión emocional
No todo el mundo está de acuerdo en que haya una diferencia significativa entre el maltrato emocional y el psicológico. Ambos se diferencian del maltrato físico, que consiste en golpear, abofetear, empujar, pellizcar, tirar, restringir u otros medios físicos para controlar a otra persona.
El maltrato emocional y psicológico puede no dejar marcas físicas, pero puede ser tan destructivo como el maltrato físico, provocando ansiedad, depresión y adicción. Al igual que el maltrato físico, son principalmente un medio de control y una forma de que el maltratador se sienta superior. También son más insidiosos porque los maltratadores emocionales y psicológicos son evasivos y a menudo te hacen creer que tú tienes la culpa.
El maltrato psicológico o mental se caracteriza por distorsionar el sentido de la realidad de alguien. Esto también se denomina “luz de gas”. El objetivo del maltratador psicológico es convencer a la víctima de que está loca o es incompetente. El maltratador puede, por ejemplo, insistir en que algún suceso ocurrió de forma muy distinta a como ella lo recordaba, hasta el punto de que los hechos básicos y verificables de la situación eran diferentes.
La depresión es emocional o mental
La forma en que se siente puede afectar a su capacidad para realizar las actividades cotidianas, a sus relaciones y a su salud mental en general. La forma en que reacciona a sus experiencias y sentimientos puede cambiar con el tiempo. El bienestar emocional es la capacidad de manejar con éxito las tensiones de la vida y adaptarse a los cambios y a los momentos difíciles. Da la vuelta a cada una de las tarjetas que aparecen a continuación para ver las listas de comprobación sobre cómo mejorar tu salud en cada área. Haz clic en las imágenes para leer los artículos sobre cada tema. También puede imprimir las listas de comprobación por separado o todas juntas para compartirlas con otras personas o como recordatorio para usted mismo.
Los expertos afirman que las personas que están bien emocionalmente tienen menos emociones negativas y son capaces de recuperarse más rápidamente de las dificultades. Esta cualidad se llama resiliencia. Aprender formas sanas de enfrentarse a las dificultades y a recurrir a los recursos de su comunidad puede ayudarle a desarrollar su capacidad de recuperación.
Todo el mundo se siente estresado de vez en cuando. El estrés puede darnos un subidón de energía cuando más lo necesitamos. Pero si el estrés dura mucho tiempo -lo que se conoce como estrés crónico- esos cambios de “alta alerta” se vuelven perjudiciales en lugar de útiles. Aprender formas saludables de afrontar el estrés también puede aumentar tu capacidad de recuperación.
Diferencia entre abuso emocional y mental
Cuando pensamos en nuestra salud, la mayoría de las veces creemos que la enfermedad es mental o física. Sin embargo, lo que no sabemos es que existe un tercer ámbito de nuestra existencia. Podemos pensar que la salud emocional es menos importante, pero en realidad, merece tanta atención como la que le damos a nuestra salud mental.
La salud emocional y la salud mental son bastante similares y, al mismo tiempo, totalmente diferentes. Un estado saludable para todos es encontrar un equilibrio perfecto entre su lado intelectual y emocional.
Necesitamos un poderoso sentido del razonamiento para asegurarnos de que no nos volvemos inestables ni perdemos el control de nuestras emociones. Nuestra elección sobre cómo reaccionar en ciertas situaciones debe ser procesada muy cuidadosamente para evitar cualquier estrés o ansiedad.
Utilizamos la frase “salud mental” casi todos los días. La salud mental es un estado de equilibrio emocional, cognitivo y conductual que permite al individuo funcionar responsablemente en su entorno familiar, social y laboral, así como disfrutar de bienestar y calidad de vida.
Diferencia mental y emocional
Un estudio reciente publicado en el Journal of the American Academy of Child & Adolescent Psychiatry pretendía abordar esta cuestión explorando los predictores de la enfermedad mental y el bienestar utilizando una gran muestra epidemiológica (Patalay y Fitzsimons, 2016).
Esto fue parte de los datos recogidos para el Estudio de Cohorte del Milenio: una mezcla de medidas dadas a los individuos nacidos entre 2000-2002. Se trata de la quinta oleada del estudio, registrada cuando los participantes tenían 11 años.
Enfermedad mental: Los padres utilizaron el Cuestionario de Fortalezas y Dificultades (SDQ) para calificar la mala salud mental de sus hijos. Las puntuaciones obtenidas se sumaron para obtener una “puntuación de enfermedad mental”.
Bienestar emocional: Los participantes de 11 años autoevaluaron su bienestar mental. Se trata de una medida utilizada previamente en el Estudio del Panel de Hogares Británico sobre la felicidad en seis áreas diferentes de su vida (escuela, familia, amigos, trabajo escolar, apariencia y vida en general). Las puntuaciones de este cuestionario se agregaron para formar una puntuación de bienestar.