Una persona que no puede controlar sus emociones se llama
Todos hemos estado ahí: Estamos enloquecidos por algo que nos acaba de pasar – lo que alguien nos hizo, nos dijo o no hizo por nosotros. Y estamos cabreados o aterrorizados, o derrotados: nuestras emociones nos han superado. ¿Qué hacemos ahora para controlar nuestras emociones cuando ya se han descontrolado por completo? Después de pasar el último año investigando y escribiendo mi nuevo libro, Outsmart Your Smartphone: Conscious Tech Habits for Finding Happiness, Balance, and Connection IRL, he aprendido que hay un montón de maneras de gestionar mejor nuestras emociones a largo plazo – por ejemplo, podemos desarrollar habilidades de pensamiento positivo, habilidades de reevaluación y resiliencia, pero estas habilidades requieren una práctica esforzada durante largos períodos de tiempo.Claro, el aprendizaje de estas habilidades es una gran idea, pero tal vez usted no está seguro de qué hacer (tome este cuestionario de bienestar para averiguar qué habilidades para centrarse en), o simplemente no ha llegado a ella todavía. ¿Qué podemos hacer ahora mismo para controlar nuestras emociones, que ya están fuera de control?
Cómo controlar mis emociones en una relación
El control emocional es una habilidad que la mayoría de los líderes necesitan para tener éxito en la gestión de sus empleados. Los trabajadores suelen mirar a los líderes en busca de ejemplos de cómo comportarse, especialmente en momentos de agitación y cambio. Por lo tanto, los líderes deben prepararse para presentar un frente tranquilo y racional. Cuando los líderes tienen un alto control emocional, se les considera más simpáticos1, éticos y que trabajan en interés de la organización2.
Tener control de las emociones significa mantener la compostura personal en momentos de estrés, cuando las cosas son inciertas o cuando se enfrentan a conflictos o desacuerdos. Esto no significa suprimir todas las emociones, sino más bien elegir conscientemente qué emociones son apropiadas en cada situación, y evitar expresar emociones extremas o negativas en momentos de presión. El control emocional es importante en momentos de cambio organizativo o cuando se trata de situaciones difíciles para los empleados. La regulación emocional también se ha asociado con el bienestar a largo plazo3. Algunas personas tienen una capacidad natural para controlar sus emociones. Esta capacidad se puede entrenar, desarrollar y mejorar con el tiempo.
¿Tus emociones te controlan o las controlas tú la mayor parte del tiempo?
El control emocional es la capacidad de identificar y regular sus emociones y responder de una manera socialmente tolerable y flexible y también tener un cierto nivel de control sobre las reacciones espontáneas. El control emocional abarca tanto las emociones positivas como las negativas; sin embargo, suele referirse a los intentos de un individuo por gestionar la generación, expresión o experiencia de emociones e impulsos especialmente perturbadores que pueden tener consecuencias negativas. Se cree que esto se hace mediante el uso de estrategias cognitivas o conductuales.
Todos estamos expuestos a estímulos que pueden provocar diversas emociones a lo largo del día. Si reaccionamos de forma inadecuada o extrema a estos estímulos, puede tener consecuencias negativas en nuestra capacidad para encajar bien en un entorno social. Por lo tanto, todos necesitamos ejercer algún nivel de control emocional casi todo el tiempo. Ser capaces de gestionar nuestras emociones puede:
El control emocional puede considerarse un modificador. Nos ayuda a filtrar la información más importante y nos permite atenderla o interactuar con ella de forma que no nos provoque emociones negativas, como el estrés. Los investigadores creen que la forma en que sentimos e interpretamos nuestras emociones afecta a la forma en que pensamos, a nuestra capacidad de tomar decisiones y a la forma en que, en general, coordinamos nuestro día a día. Un individuo bien regulado es probable que tenga un mejor equilibrio, juicio y control sobre sus emociones y, por tanto, sobre sus acciones. Será capaz de juzgar con mayor precisión qué situaciones aceptar y cuáles evitar.
¿Podemos controlar nuestros sentimientos de amor?
En la vida cotidiana, nos enfrentamos a situaciones que pueden hacernos sentir enfadados, tristes, frustrados o asustados. Es normal sentirse mal a veces, y normalmente estos sentimientos desaparecen con el tiempo. También podemos utilizar diversas estrategias para hacernos sentir mejor en situaciones molestas. En este artículo, resumimos algunas de las estrategias que las personas pueden utilizar cuando se enfrentan a situaciones difíciles, y cómo los sistemas del cerebro trabajan juntos para permitirnos utilizar estas estrategias en la infancia, la adolescencia y la edad adulta.
Imagina que estás en la fiesta de cumpleaños de tu amiga. Ella ha abierto sus regalos y ha cortado la tarta, y ahora todos se sientan a ver una película. Empieza la película y se te revuelve el estómago cuando te das cuenta de que ha elegido una película de miedo. A algunos de tus amigos les encantan las películas de miedo, pero a ti no, ¡te dan pesadillas durante una semana! Las luces se apagan y empieza a sonar una música de miedo cuando empieza la película. ¿Qué haces tú?
En nuestro laboratorio de investigación estudiamos lo que ocurre en el cerebro de niños, adolescentes y adultos cuando se sienten enfadados, tristes o asustados. En concreto, estudiamos lo que los científicos llaman regulación de las emociones, que es la forma en que las personas afrontan los sentimientos molestos. Por ejemplo, en el caso de la película de miedo, es posible que quieras sentirte menos asustado, o simplemente parecerlo ante tus amigos. Hay muchas estrategias que puedes utilizar para sentirte menos asustado; puedes pensar en ellas como herramientas de tu caja de herramientas de regulación emocional. Algunas regiones específicas de tu cerebro trabajan juntas para ayudarte a regular tus emociones y finalmente sentirte mejor.