Cuadro de intensidad de los sentimientos
1 = .47), lo que significa que sólo una proporción relativamente pequeña de palabras (20 % por encima de una calificación de 5) hizo que la gente se sintiera excitada.Tabla 3 Estadísticas descriptivas para la distribución de cada dimensión, incluyendo el número de participantes (N), el número de observaciones, la media y la DE media
La fuerza de la correlación entre la dominancia y la valencia pone en duda la afirmación de que las tres dimensiones consideradas aquí son estados afectivos realmente ortogonales. Esta suposición fue la base del estudio original de ANEW (Bradley y Lang, 1999), derivada de los análisis factoriales originales realizados por Osgood, Suci y Tannenbaum (1957). La investigación futura tendrá que demostrar que la dominancia explica una varianza única por encima de la valencia en la conducta de procesamiento del lenguaje. El hecho de que los valores extremos de valencia y dominancia sean más excitantes apunta de nuevo a la utilidad de considerar la fuerza de la valencia/dominancia (es decir, lo diferente que es una palabra de la neutral) en lugar de la polaridad como variable explicativa. Volvemos a este punto más adelante.FiabilidadComparamos nuestras valoraciones con varios conjuntos más pequeños de valoraciones que habían sido recogidos previamente por otros investigadores, incluido el conjunto ANEW del que extrajimos nuestras palabras de control. Las correlaciones se recogen en la Tabla 5.Tabla 5 Correlaciones de las valoraciones actuales con estudios similares en todos los idiomasTabla completa
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¿Qué estás sintiendo, ahora mismo, al empezar a leer esto? ¿Sientes curiosidad? ¿Esperas aprender algo sobre ti mismo? ¿Estás aburrido porque es algo que tienes que hacer para la escuela y no te interesa mucho, o estás contento porque es un proyecto escolar que te gusta? Tal vez estés distraído por otra cosa, como sentirte emocionado por tus planes de fin de semana o triste porque acabas de pasar por una ruptura.
Sentimos nuestras emociones desde que somos bebés. Los bebés y los niños pequeños reaccionan a sus emociones con expresiones faciales o con acciones como reír, abrazar o llorar. Sienten y muestran sus emociones, pero aún no tienen la capacidad de nombrar la emoción o decir por qué se sienten así.
A medida que crecemos, nos volvemos más hábiles para entender las emociones. En lugar de reaccionar como los niños pequeños, podemos identificar lo que sentimos y expresarlo con palabras. Con el tiempo y la práctica, mejoramos en saber lo que sentimos y por qué. Esta habilidad se llama conciencia emocional.
La conciencia emocional nos ayuda a saber lo que necesitamos y queremos (o no queremos). Nos ayuda a establecer mejores relaciones. Y es que ser conscientes de nuestras emociones puede ayudarnos a hablar de los sentimientos con más claridad, a evitar o resolver mejor los conflictos y a superar los sentimientos difíciles con más facilidad.
Lista de palabras para sentir
Normalmente, cuando pensamos en estar cansados, pensamos en razones físicas: falta de sueño, ejercicio intenso o largas jornadas de trabajo físico. Sin embargo, como me señaló en una entrevista Elliot Berkman, profesor de psicología de la Universidad de Oregón, en nuestra época, en la que pocos de nosotros tenemos trabajos físicamente exigentes, nos estamos agotando por factores psicológicos.
Al fin y al cabo, el esfuerzo físico que realizamos en nuestros trabajos diarios no justifica el cansancio que experimentamos al llegar a casa. Si usted es un trabajador de la construcción, un agricultor que se afana en el campo o un residente médico que trabaja en turnos de día y de noche, entonces sí, el agotamiento físico puede ser la razón de su fatiga. Pero si no es así, señala Berkman, su fatiga es sobre todo psicológica. “¿Su cuerpo se cansa hasta que realmente no puede hacer nada?”, pregunta Berkman. “En realidad, se necesitaría mucho tiempo para llegar a ese punto de completo agotamiento físico”.
Una de las formas en que los psicólogos distinguen las emociones es a lo largo de dos dimensiones: positivo/negativo y alta intensidad/baja intensidad. En otras palabras, ¿la emoción es positiva (como la euforia o la serenidad) o negativa (como el enfado o la tristeza)? ¿Y es de alta intensidad (como la euforia o el enfado) o de baja intensidad (como la serenidad o la tristeza)?
Prueba Plutchik
Este artículo es un estudio de la intensidad de la construcción WHX (ejemplificada de forma prototípica en ¿Qué demonios…?), utilizando el marco teórico de la Gramática de la Construcción. Se demuestra que la intensidad no es totalmente inherente a la construcción, sino que resulta, más bien, de la expresión de una emoción. El análisis de amplios datos del Corpus of Contemporary American English también revela que existen casos de variación sintáctica (what in the hell, what in hell, what’s the hell…) y léxica (what the freak, what the pus-rotted hell…). Aunque todos estos subtipos se agrupan de forma parecida a una familia, sostengo que la sinonimia constructiva estricta no es una opción plausible y que estas diferentes subconstrucciones pueden correlacionarse con diversos grados de intensidad.
1Este estudio pretende investigar lo que podría llamarse, como primera aproximación, la construcción what the hell, dentro del tema más general de la intensidad léxica. Las siguientes definiciones, tomadas de dos diccionarios, sugieren claramente que la construcción se utiliza con fines de intensificación (el subrayado es mío):