Técnicas de liberación emocional
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El dolor emocional es un dolor o una herida que se origina en fuentes no físicas. A veces este malestar emocional es el resultado de las acciones de otros. Otras veces, puede ser el resultado de un arrepentimiento, una pena o una pérdida. En otros casos, puede ser el resultado de una enfermedad mental subyacente, como la depresión o la ansiedad.
Aunque a menudo se descarta por ser menos grave que el dolor físico, es importante que el dolor emocional se tome en serio. Hay una serie de sentimientos comunes que se asocian con el dolor emocional y que pueden tener un impacto en su salud física y mental.
En algunos casos, los sentimientos de dolor emocional pueden provocar síntomas físicos que no tienen una causa física identificable. Cuando estos pensamientos, sentimientos o comportamientos relacionados con los síntomas somáticos provocan una angustia significativa o una interrupción de la capacidad de funcionamiento de una persona, ésta puede ser diagnosticada con un trastorno de síntomas somáticos.
Trauma emocional que se manifiesta como dolor físico
El dolor y la emoción son experiencias subjetivas comunes que desempeñan un papel vital en la vida cotidiana. Se ha confirmado clínicamente que el dolor aumenta el estado de ánimo depresivo. Sin embargo, se sabe poco sobre cómo el dolor modula el procesamiento cognitivo del juicio emocional. Una mejor comprensión de esto podría ayudar a explicar el efecto del dolor en el desarrollo de los estados de ánimo depresivos. Reclutamos a 30 participantes adultos para comprobar sus respuestas a imágenes de escenas (Experimento 1) y rostros (Experimento 2) que representaban emociones felices, neutras y tristes, mientras experimentaban tratamientos dolorosos (inducidos mediante crema tópica de capsaicina) y de control (crema de manos). Los resultados mostraron que los participantes en la condición dolorosa mostraron una menor precisión a los estímulos de escenas emocionales y tiempos de reacción más largos tanto a los estímulos de escenas emocionales como a los de caras, en relación con la condición de control. Además, los valores de diferencia de los tiempos de reacción entre las condiciones dolorosas y de control fueron mayores para las escenas tristes que para las escenas felices o neutras. Estos resultados sugieren que el dolor altera el procesamiento atencional de los estímulos emocionales, especialmente con respecto a los estímulos de escenas tristes, lo que puede explicar cómo los estímulos dolorosos afectan al desarrollo de los estados de ánimo depresivos.
Cuadro de dolores y emociones corporales
Las quejas físicas son comunes en los niños. Hasta 1 de cada 10 niños se quejará de un dolor, una molestia o una preocupación en su cuerpo en un día cualquiera. A veces, cuando no hay una enfermedad médica que explique completamente la queja, puede ser que las emociones se estén sintiendo como síntomas físicos. Los síntomas físicos del malestar emocional se denominan síntomas somáticos. La somatización es el nombre que se utiliza cuando el malestar emocional se expresa mediante síntomas físicos. Todo el mundo experimenta la somatización en algún momento. Por ejemplo, el corazón late rápido o se sienten mariposas en el estómago cuando se está nervioso, o los músculos se ponen tensos y doloridos cuando se está enfadado o estresado. Estos síntomas son muy reales para su hijo; no está “fingiendo”.
Se diagnostica un Trastorno de Síntomas Somáticos y Relacionados (TSSR) cuando su hijo tiene síntomas físicos que no se explican por una enfermedad médica o cuando los síntomas de una enfermedad conocida afectan a su hijo mucho más de lo esperado y estos síntomas interfieren en la vida diaria, como faltar al colegio, no querer jugar con los amigos o evitar actividades divertidas.
Por qué el dolor emocional duele físicamente
Si alguna vez has estado enfermo o te has lesionado, es probable que eso te haya puesto de muy mal humor. Se sabe que experimentar dolor agrava otros síntomas, como el estrés y la ansiedad. Pero, por desgracia, al igual que el dolor puede hacer que te sientas peor mentalmente, tu mente puede causar dolor sin una fuente física, o hacer que un dolor preexistente aumente o se prolongue. Este fenómeno se denomina dolor psicógeno y se produce cuando el dolor está relacionado con factores psicológicos, emocionales o conductuales subyacentes.
No está del todo claro por qué el cerebro provoca a veces dolor cuando no parece haber una fuente física. Algunas teorías sugieren que se debe a la memoria del dolor, una condición que hace que el sistema nervioso retenga el dolor mucho tiempo después de que una lesión se haya curado. Otras sugieren que este dolor puede deberse a que las señales se confunden dentro del cerebro. La sensación normal de dolor y su localización en el cuerpo suele enviarse a través de receptores nerviosos que transmiten información a la columna vertebral, que a su vez la envía al cerebro. Sin embargo, hay espacio para que los mensajes se pierdan en el camino del punto A al punto B, lo que hace posible que el cerebro interprete la angustia mental como dolor físico. Algunos factores psicológicos que pueden causar dolor físico son los trastornos de ansiedad, el trastorno bipolar, la depresión y el estrés.