Inteligencia emocional interpersonal
En 1990, los profesores de Yale Peter Salovey y John Mayer publicaron un artículo que marcó un hito al introducir la idea de la Inteligencia Emocional (también conocida como EQ), que definieron como un nuevo tipo de inteligencia: “la capacidad de reconocer, comprender, utilizar y regular eficazmente las emociones en la vida cotidiana”. Hoy en día, la inteligencia emocional se ha convertido en una parte integral del liderazgo eficaz en las organizaciones de éxito.
La inteligencia emocional es la clave para un mejor liderazgo. Es la capacidad de supervisar las propias emociones y, por tanto, de controlar mejor las respuestas, así como de comprender las emociones y los sentimientos de los demás.
La autoconciencia es la esencia de la comprensión de uno mismo para poder tomar decisiones objetivas sin la influencia de los propios prejuicios o temores. Es la comprensión de tus propios pensamientos, creencias, fortalezas, debilidades, motivaciones y percepciones, y luego aceptar estas cosas por lo que son.
La investigación ha demostrado que, a pesar de que el rasgo de la autoconciencia es una parte importante del liderazgo eficaz, un pequeño porcentaje de los líderes de hoy en día lo poseen realmente, con un 19 por ciento de mujeres y sólo un cuatro por ciento de hombres.
Teorías de la inteligencia emocional
El popular libro de Goleman (1998), Working with Emotional Intelligence, sugiere que la inteligencia emocional representa el 67% de las capacidades necesarias para ser un líder de éxito y es dos veces más importante que la competencia técnica o el coeficiente intelectual. Esta investigación ha sido respaldada posteriormente por una serie de estudios.
Algunas personas heredan naturalmente una alta Inteligencia Emocional, pero es una habilidad que se puede practicar y desarrollar. Al practicar comportamientos emocionalmente inteligentes, su cerebro se adaptará para que estos comportamientos sean automáticos y sustituyan a los comportamientos menos útiles.
La autorregulación te permite gestionar sabiamente tus emociones e impulsos: muestras o refrenas ciertas emociones en función de lo que sea necesario y beneficioso para la situación. Por ejemplo, en lugar de gritar a tus empleados cuando estás estresado, puedes decidir qué tareas se pueden delegar.
Definición de inteligencia emocional
Daniel Goleman, autor del bestseller “Inteligencia emocional” y codesarrollador de la plataforma de aprendizaje en línea Goleman EI, es un colaborador habitual de Korn Ferry. Su último libro, “Rasgos alterados: La ciencia revela cómo la meditación cambia tu mente, tu cerebro y tu cuerpo”, ya está disponible. En esta última columna, relata lo valiosas que pueden ser las habilidades de inteligencia emocional para estos momentos difíciles.
? Empiezan a llegar a la oficina llamadas telefónicas confusas. El anuncio impreso de la gran apertura de la nueva sucursal de la empresa, enviado por correo a los clientes actuales y potenciales, ha omitido la ubicación de la sucursal. Trina, la directora de comunicación, se siente presionada para actuar con rapidez.
? Todos miran con pánico al analista jefe de ventas, Jack. La fecha límite para el informe anual es mañana, y un fallo de la red ha incapacitado a todos los ordenadores de la oficina. Los técnicos informáticos no han sido capaces de identificar el problema y mucho menos de solucionarlo.
? Dos trabajadores de la construcción derriban una pared durante la renovación de las oficinas de una empresa e informan a Harriet, la directora de operaciones de la empresa, de lo que descubren. “Estamos bastante seguros de que es amianto”, explican. “Sus empleados podrían enfermar muy rápido”.
La importancia de la inteligencia emocional
En las últimas décadas, educadores y psicólogos se han esforzado por comprender la inteligencia y el rendimiento a un nivel más matizado que en el pasado. Cuando Alfred Binet desarrolló sus tests de “inteligencia” en los primeros años del siglo XX, revolucionó el campo educativo al proporcionar herramientas para medir y predecir el éxito de los estudiantes. Desgraciadamente, los tests estándar pasaron a basarse casi exclusivamente en el tipo de inteligencia que revelan estos instrumentos: el tipo que se correlaciona altamente con el éxito en los sistemas escolares típicos de Occidente, pero no necesariamente con los logros del mundo real.
Aunque nadie discute que la “inteligencia escolar” y la capacidad de sobresalir en el tipo de habilidades que miden estas pruebas son una ventaja, no son la única. Y puede que ni siquiera sean la ventaja más importante cuando se trata de tener éxito en la vida. Mientras que la inteligencia cognitiva se refiere a habilidades como la comprensión de la información, la resolución de problemas y la toma de decisiones, la inteligencia emocional es más sutil y no siempre va de la mano de estas habilidades. Estas habilidades incluyen la comprensión de las necesidades y los sentimientos de uno mismo y de otras personas y la respuesta a los demás de forma adecuada. Fue bautizada en 1990 por dos científicos, Peter Salovey y John D. Mayer, que la describieron como “una forma de inteligencia social que implica la capacidad de controlar los sentimientos y emociones propios y ajenos, de discriminar entre ellos y de utilizar esta información para guiar el pensamiento y la acción”.