Adictos al amor: un wo
Antecedentes: Tanto la adicción al ejercicio (AE) como la dismorfia muscular (DM) implican principalmente la práctica compulsiva de ejercicio físico y se clasifican como adicciones conductuales en diferentes líneas de investigación. Este tipo de adicciones son frecuentemente comórbidas con otras patologías adictivas, como la dependencia emocional (DE), estrechamente relacionada con el apego infantil. Este estudio se presenta para abordar la escasez de investigaciones que relacionen la EA y la DM con otras adicciones conductuales. Los objetivos son analizar las diferencias de sexo encontradas en la dependencia emocional, las dimensiones de apego, la EA y la DM; analizar la asociación entre la EA y la DM y otras adicciones conductuales, como la dependencia emocional y las dimensiones de apego; y analizar el posible papel que juega el apego infantil en la mediación de la interacción entre la dependencia emocional y la EA y la DM.
Algunos estudios muestran que existe una asociación entre la EA y la DM. Por ejemplo, Cafri et al. (2008) encontraron que las personas con DM mostraban una mayor insatisfacción muscular, comprobación de la apariencia y más dependencia del culturismo. Por su parte, Babusa et al. (2015) confirmaron que las personas con DM mostraban los niveles más altos de EA, haciendo ejercicio durante más tiempo y con más frecuencia en comparación con las personas sin DM o con factores de riesgo moderados. Olave et al. (2019) encontraron que cuando la DM aumentaba, había mayor riesgo de EA, lo que favorecía la insatisfacción muscular y la exacerbación de la DM.
Depender emocionalmente de alguien
Objetivo: La violencia de pareja (VPI) se ha relacionado con la dependencia emocional y los trastornos adictivos. Este estudio pretende ofrecer un enfoque global para analizar la relación entre estas variables y determinar los factores que subyacen a la permanencia en las relaciones violentas.
Métodos: Se trata de un estudio no experimental, de diseño correlacional transversal. Los participantes debían tener al menos una relación de pareja durante al menos 1 mes para completar el cuestionario, que incluía los siguientes instrumentos: escala de dependencia emocional (DEN), escala de violencia en las relaciones de pareja (VREP) y escala de trastornos de control de impulsos (MULTICAGE CAD 4).
Resultados: La muestra estuvo formada por 1.533 adolescentes, de los cuales el 53,9% eran hombres (n = 826) y el 46,1% mujeres (n = 707), con edades comprendidas entre los 14 y los 18 años. La dependencia emocional correlacionó significativamente con la violencia recibida (r = 0,37, p < 0,001). El gasto compulsivo está fuertemente asociado con la dependencia emocional (r = 0,21, p < 0,001), mientras que la adicción al sexo se asocia con la violencia recibida en mayor medida (r = 0,18, p < 0,001). La violencia recibida media en la dependencia emocional y las adicciones.
Cómo superar las emociones
Desde el momento en que nacemos, todos somos dependientes. En el vientre de nuestra madre, cuando necesitamos alimentarnos, cuando aprendemos a caminar por primera vez y nos caemos, en nuestras primeras experiencias en el mundo en que vivimos, etc. En resumen, necesitamos un apoyo constante en alguna capacidad. Todos necesitamos a las personas, ya que somos seres sociales y emocionales.
Como ya se ha dicho, tener cierta dependencia de la pareja es normal. El problema comienza cuando esta dependencia emocional es excesiva y, por tanto, deja de ser saludable, no sólo para la persona dependiente sino también para su pareja.
Las personas excesivamente dependientes suelen arrastrar muchas inseguridades. Cuando no pueden sentirse lo suficientemente seguras en una relación, empiezan a surgir cuestiones relacionadas con el miedo a ser rechazadas, abandonadas o sustituidas. Cuanto más tienen que confiar en su seguridad para sentirse valorados, más dependen de la otra persona. Como consecuencia, se genera un fuerte apego y la persona acaba necesitando el apoyo de su pareja para vivir bien. Esto se convierte en una especie de “escudo protector” contra el miedo o el sufrimiento.
Dependencia emocional: essentia
En cuanto oímos el término “dependencia emocional”, se nos viene a la cabeza la imagen sombría de que una persona depende de la otra para todo lo que hace, las decisiones que toma o los logros que consigue.
La dependencia emocional es un estado mental en el que una persona es incapaz de asumir la plena responsabilidad de sus propios sentimientos. Tienen emociones como la pena, el dolor, el desamor, la ansiedad y la depresión, pero no pueden abrazar, aceptar o alimentar estos sentimientos.
Tienden a no abordar la causa de estos sentimientos y eso les lleva a necesitar la aprobación de los demás. Dependen emocionalmente de los demás, especialmente de la aprobación y la atención de sus parejas para definir su valor y su personalidad.
La dependencia emocional se produce cuando dependemos de los demás para sentirnos felices, lo que puede tener consecuencias peligrosas que pueden afectar a nuestra tranquilidad y bienestar. La dependencia emocional puede ser todo un reto a superar porque requiere valor para aprovechar las fortalezas que nos ayudarán a ir más allá de nuestras necesidades de complacer a los demás. Sin embargo, es necesario saber cómo ser emocionalmente fuerte, si quieres alcanzar tu verdadero potencial.